Con traductor de señas estrenan cinta sobre el desafío de ser sordo en colegio de oyentes
Este miércoles en la Biblioteca Municipal se esxhibirá el documental chileno.
Un grupo de cinco amigos de una escuela pública y especial para sordos enfrenta el mayor dilema de sus existencias: están a punto de concluir la enseñanza básica y deberán continuar sus estudios en escuelas para oyentes. Están juntos desde la infancia, pero ahora sus caminos se separan.
En "Último año", los documentalistas Viviana Corvalán y Francisco Espinoza retratan a los niños en un momento crucial, resaltando los miedos, las dificultades y las injusticias que padecen las personas sordas en el contexto de la educación chilena.
Este miércoles a las 20.00 horas se estrenará este documental en la Biblioteca Municipal, donde para la inclusión de todos, participará el traductor de señas Felipe Gallardo, quien es parte de oficina de la Discapacidad de la Municipalidad de Arica.
El valor de la entrada será de $1.500 para público general y $1.000 para estudiantes y tercera edad.
Injusticia
Entre los años 2011 y 2012 Viviana Corvalán y Francisco Espinoza trabajaron en la escuela para Sordos Santiago Apóstol realizando talleres artísticos y registros audiovisuales de ese proceso.
"Nos comenzamos a preguntar ¿Dónde siguen sus estudios los niños y niñas sordas después de egresar de octavo básico? Ahí nos contaron que las escuelas para sordos no tienen continuación y que luego, por obligación y sin más opciones educacionales, debían integrarse a un colegio para oyentes y continuar su enseñanza media. Se producía así un quiebre en su educación y una discriminación invisibilizada que nos motivó a emprender este viaje", comentó Viviana.
Los realizaron buscaron visibilizar las dificultades que enfrentan las personas sordas para acceder a la educación e integrarse tanto en el sistema educativo chileno como en la sociedad.
Si bien el Censo 2012 se desestimó, es un referente sobre la realidad nacional. En él se indica que hay 488.511 chilenos con sordera, de ellos 21.617 son niños de 0 a 14 años.
"Nos emocionó comprender que los niños necesitan de su lengua natural, que es la lengua de señas, para poder desarrollarse y construir un imaginario propio. Nos hizo sentir una gran injusticia y una tremenda discriminación", agregó Francisco.
El rodaje fue un trabajo colectivo entre los protagonistas, sus familias, la comunidad escolar y los mimos realizadores.
"El tiempo pasa y cada año se repite la misma situación, el gobierno de turno hace apenas movimientos mediáticos, con el fin de ganar una imagen inclusiva ante la sociedad desinformada. Pero en rigor, sólo se demuestra que a las personas sordas no las incorporan. Los niños saben que su historia la han experimentado y experimentarán muchas otras personas sordas en el mundo y por eso decidieron sumarse a este documental", afirman los realizadores.