Conflictos en condominios de edificios, el precio de la seguridad
La modalidad de residir en copropiedad ha aumentado fuertemente en la última década en la ciudad, que hoy tiene 360 de estas comunidades.
Hace tres años la tranquilidad de Cristián Ayala fue rota cuando desconocidos entraron a robar a su casa en la Población Magisterio. De ahí en adelante, su esposa y sus dos hijos vivieron con el temor de que algo así les volviera a ocurrir. "Decidimos entonces, dejar la casa que teníamos y comprar un departamento en un condominio cerrado, con guardias. Es más seguro para los niños también, que no quedan tan expuestos", explica.
Romina Angulo, residente del condominio Pacífico Norte II desde hace seis años, en cambio, comenta que optó por un departamento, pues el valor del arriendo era menor al de una casa y, por lo tanto, como familia podían pagarlo.
Una mayor seguridad y el menor precio al arrendar o comprar, son algunas de las principales razones por las que la región ha experimentado un aumento progresivo en la ocupación de edificios y condominios.
Según el sitio edifito.com, actualmente en Arica existen 360 comunidades de este tipo de vivienda, los que desembolsan un total de 25 millones de dólares anuales por concepto de gastos comunes.
Sin embargo, el vivir en comunidad no está exento de los problemas típicos de la convivencia entre personas que comparten espacios en común, como el exceso de ruidos, la tenencia de mascotas o incluso, el uso de estacionamientos designados para quienes habitan en el lugar.
Silencio por favor
Mirella Cárdenas, administradora y presidenta del condominio Bello Horizonte (en la Villa Pedro Lagos) cuenta que las personas, en general, cumplen con el reglamento interno del edificio y que el mayor problema es el exceso de volumen en fiestas o celebraciones. "Nuestro reglamento permite las reuniones con amigos y/o familiares los fines de semana hasta las dos de la madrugada. Si hay problemas de ruidos, los vecinos llaman a los guardias. Si no hay obediencia se procede a llamar a Carabineros y se entregan boletas de castigo que corresponden al valor del gasto común (18 mil pesos)".
Una opinión similar tiene Romina Angulo, del Pacífico Norte II (Sector Las Machas). "Lo malo es la bulla, vivir frente a frente viendo todo lo que hace el vecino. Carretear es incómodo, porque hay normas que respetar, entonces ahí viene la lata porque no están las condiciones como para compartir con tus amigos sin la preocupación de que el vecino va a reclamar".
Otro punto que genera tensión entre los residentes, junto con los ruidos, son las peleas y las situaciones de violencia intrafamiliar. "Estás en un espacio tan reducido que todo lo escuchas. No hay privacidad y terminas enterándote de las discusiones entre parejas. Es muy incómodo, sobre todo porque Carabineros se demora en intervenir", relata Cristián quien reside en Las Palmas V.
Mascotas y estacionamientos
Cuatro puntos del reglamento interno del condominio Bello Horizonte están dedicados a la tenencia responsable de mascotas. Aunque la Ley N°19.537 "prohibe tener perros y gatos al interior de los departamentos", la asamblea acordó que pueden tenerlos, pero dentro, no en los balcones. Además de ser obligación el retiro de excrementos al sacarlos a pasear. "Acá son todos anima listas, así que cedimos en este punto", destaca la administradora.
Sin embargo, hay otros lugares donde la tenencia responsable no se cumple. Claudia Romo, residente de uno de los edificios que quedan en el Camino a Las Pesqueras, manifiesta que los dueños no se hacen cargo de sus animales. "Hay personas que pasan todo el día afuera, trabajando y los animalitos quedan solos encerrados en espacios súper pequeños. Se estresan, entonces los perros ladran al sentir el menor ruido. También pasa que los dejan en los balcones, entonces como hacen sus necesidades ahí, se siente todo el olor hacia los departamentos vecinos".
Felipe Bastías, habitante de Puertas del Pacífico destaca que hay de todo. "Hay vecinos muy responsables, que cuidan de sus mascotas y otros que se desligan, dejándolos en los balcones. Eso trae problemas sobre todo de olores", dijo.
El uso de los estacionamientos designados exclusivamente para los residentes, también genera roces entre los vecinos. "Designan un calzo por cada habitante, pero si vienen visitas de otro departamento y ven el lugar vacío, llegan y lo usan. Ahí hay que llamar a los guardias para que vean si se puede solucionar el problema, aunque muchas veces uno opta por estacionar su propio auto en la calle cuando pasa esto", reconoce Bastas.
Valores variables
Los gastos comunes constituyen una cuota destinada a los gastos de mantención del condominio o edificio. Es un aporte que deben hacer todos los copropietarios de manera obligatoria. "Para calcularlo se toma en cuenta el avalúo fiscal de la propiedad. Si el avalúo fiscal de todas las propiedades del edificio es el mismo, se cancelará una cuota similar. El porcentaje a cancelar de cada unidad queda establecido en el reglamento interno", explica Gonzalo Cortés.
En Arica los montos varían entre los ocho mil y los ciento veinte mil pesos. Los gastos comunes más elevados se dan en aquellos condominios en los que se necesita mayor mantención por la existencia de ascensores, piscinas, quinchos y más personal dedicado a la seguridad y limpieza.
Lo recaudado queda destinado al pago de honorarios de los trabajadores, a las reparaciones y mantenciones, compra de artículos de aseo y librería, correspondencia, entre otros.
Uno de los grandes vacíos que presenta la ley actual es que no existe una regulación del uso efectivo de los gastos comunes, razón por la cual los habitantes de condominios deben tener fe de que sus dineros son utilizados de manera correcta. No es extraño entonces, ver administraciones que acusan que las anteriores robaron dinero perjudicando así a los residentes.
"Nosotros contratamos a un auditor que todos los meses hace auditoría, porque yo recibí este condominio hace tres años con 40 mil pesos. Ahora hemos mejorado administrando bien, pero no falta quien se quedó con la imagen de la antigua administración y nos dicen "¡Ladrones, devuelvan la plata!", explica Mirella Cárdenas.
Hugo Sánchez, administrador del condominio Puertas del Pacífico II sector B, desde hace siete 7 años, comenta que el reglamento interno del condominio faculta a la directiva del condominio para contratar y finiquitar a su administrador. "Ser administrador es una acción social porque terminas haciendo muchas cosas que no están estipuladas en el contrato. Uno se involucra mucho con el condominio, con los problemas de los vecinos, conociendo sus necesidades", dice.
"Es más seguro para los niños... que no quedan tan expuestos".
Cristián Ayala, Residente de condominio"