María José Collado Rojas
Gloria Patiño es ariqueña pero reside en Santiago. Hace 38 años que no visitaba la ciudad, por lo que aprovechó su estadía para acudir al cementerio municipal a dejarle flores a su abuela.
Ese día preguntó en administración por la sepultura de Irene Toledo, fallecida en 1969. Sorpresivamente, le dijeron que ya no estaba en el terreno perpetuo que habían adquirido como familia y que fue reducida y trasladada a un nicho de galería en el último piso, en el número 248. No había nombre ni nada que asegurara que Irene descansaba allí.
"Me dijeron que un familiar autorizó el traslado, lo que me pareció raro porque todos estamos en Santiago. Insistí y me dijeron que fue por la remodelación que se hizo al cenmenterio hace algunos años. Quise entender todo en el minuto, pero al ver la sepultura y no saber quién está ahí porque sólo hay un número, me dio mucha impotencia".
Patiño aseguró que en la administración del cementerio no le pudieron dar una respuesta concreta a su reclamo y que se limitaron a decirle que el problema correspondía a administraciones anteriores.
Alexis Navarro, administrador del Departamento Municipal de Cementerios (Demuce) explicó que la señora Irene Toledo fue sepultada en el patio 11, fila Nº 20, terreno perpetuo.
"Con fecha 18 de febrero de 1988, fue trasladada a un nicho de deposito Nº 248 del Cuartel 31 de lactantes, únicos antecedentes que se tienen de la difunta".
Navarro comunicó que los traslados de cuerpos se produjeron en forma masiva y desocupando en su totalidad el patio 11 a mediados de la década de los 80. "Desde que estoy a cargo de la administración, han habido muchos reclamos y hemos tratado de recopilar antecedentes para la desocupación del patio 11. Sólo sabemos que fue una decisión tomada para la remodelación y para la construcción de nuevos nichos".
El administrador comentó que se le explicó esta situación a Patiño. Además destacó que la característica de sepultura perpetua no existe en el camposanto municipal. "Sólo se respeta la condición de las sepulturas más antiguas y se renueva el arriendo de nichos cada 5, 10 o 15 años".