Averigüe si conviene ser estricto o relajado con los hijos en verano
Especialistas aconsejan a los papás no volverse locos imponiendo reglas y explicar sus decisiones. A la vez, advierten que no por ser buena onda se debe dejar a los hijos hacer lo que quieran, ya que están formando su carácter.
Camila Espinoza López
El animador Rafael Araneda dijo estos días en el matinal de su canal que sufre cuando sus hijas mayores -de 14 y 16- le piden permiso para ir a una fiesta, y que es muy estricto con ellas, ya que teme que les pueda pasar algo malo.
El conductor del festival de Viña del Mar contó que sus hijas deben estar de vuelta en la casa máximo a las dos de la madrugada, y que cuando llevan amigos al hogar, les revisa sus bolsos, para asegurarse de que no ingresen alcohol.
Y es que con hijos adolescentes, los permisos para salir de noche pueden generar un gran dolor de cabeza a los progenitores.
"Es necesario que los papás vayan entendiendo que los niños y adolescentes van creciendo y necesitan este espacio de recreación y de manejo con las relaciones interpersonales, porque eso también ayuda al crecimiento de los jóvenes", dice José Miguel Peña, coordinador de campos clínicos de la escuela de psicología de la Universidad Bernardo O'Higgins.
Ser más flexible
Marcela Aravena, magister en psicología de la adolescencia de la Universidad del Desarrollo, dice que en el verano y al encontrarse los hijos de vacaciones, los padres deberían ser más flexibles, por ejemplo, con el horario de regreso al hogar tras una fiesta.
La especialista explica que esa mayor flexibilidad no debe, eso sí, ser sinónimo de no tener reglas: "Uno tiene que ser consecuente con los acuerdos que se han tomado en el año. Si los papás acuerdan tolerancia cero con el alcohol a un chiquillo de 16 o 18 años, la idea es mantenerlo".
Normas
Aravena añade que es importante tener acuerdos previos entre padres e hijos, y que se deben normar temas como la hora de llegada a la casa, antes de dar los permisos.
"La idea es que en esa definición de parámetros los hijos también participen y propongan. Que puedan comprometerse, que no sea una cosa súper definida en forma externa por los papás", dice la psicóloga.
Una opinión similar tiene Peña: "Los límites que quieran poner los padres tienen que ser explicados. No hay que ser tan autoritarios y decir: no te doy permiso, porque no. Que traten de explicar que son necesarios y por qué se colocan".
Además, dice, es necesario que los padres confirmen que existe un acuerdo con su hijo y preguntar si está de acuerdo con las condiciones, antes de salir.
Eso no quiere decir que los hijos tienen que aprobar cada punto planteado por los padres. Aravena recalca que es clave tener claros cuáles son los temas intransables: "Generalmente, estos tienen que ver con el autocuidado respecto a la sexualidad o el autocuidado respecto al consumo de drogas y de alcohol".
Preguntar
Otro punto relevante, antes de la salida, es que los padres tengan claro con quién saldrán sus hijos, y pedirles la dirección de dónde se encontrarán. "Que los papás estén informados", recalca Aravena.
Añade que también se debe advertir qué pasará si no se cumple con las condiciones fijadas para salir.
"Es la parte que los papás tienden a no conversar, para no ser mala onda o generar tensión. Decir: si tú no llegas a la hora comprometida, lo que va a ocurrir es que la próxima vez vas a tener más restricción horaria y deberás llegar más temprano", dice.
Los amigos
La psicóloga comenta que lo ideal es que los hijos salgan acompañados de alguien que conozcan los padres, aunque es bueno que se relacionen con nuevos amigos.
Algunos progenitores optan por pedirles a sus hijos el número de sus compañeros de carrete.
"Si es un chiquillo anda con el celular y siempre se le apaga o no contesta, uno puede decirle: bueno, tú no contestas, así que dame el teléfono de alguien con quien me pueda contactar. Es súper invasivo, pero tiene que ver con cuáles son las condiciones mínimas para que yo me sienta seguro cuando salgas, de que estás bien".
Aravena advierte, eso sí, que no hay que abusar y evitar llamar a cada rato.
Fiesta en casa
Otra opción para que los padres se sientan más tranquilos es la política de "puertas abiertas", es decir, que ellos puedan invitar a amigos a la casa: "Ahí, una va conociendo a la gente con la que se van rodeando", dice la experta.
La psicóloga recomienda monitorear a los adolescentes con visitas intermitentes, pero no quedarse instalado y recalcar cuáles son las normas de la casa.
"Uno tiene que ser consecuente con los acuerdos que se han tomado en el año. Si los papás acuerdan tolerancia cero con el alcohol a un chiquillo, la idea es mantenerlo"
Marcela Aravena,, académica de la UDD"