"Chanchito": el acomodador al que ni la ceguera lo tumbó
Jorge Gatica es acomodador de autos hace 28 años, tiempo en que ha vivido penas y glorias producto de su trabajo. Incluso casi perdió su sustento económico a causa de una ceguera, pero sus ganas por salir adelante pudieron más.
Jorge Gatica Reyes tiene 62 años y es un humilde acomodador de autos que se desempeña a diario en los estacionamiento aledaños al Terminal Asoagro, lugar donde trabaja hace 28 años. Es que tras dejar la población María Caro, en Santiago en 1986, Gatica se las ingenió para trabajar en Arica en lo que fuese necesario para mantener a su esposa y tres hijos; por eso uno de sus tantos trabajos fue el de vendedor de zapallos y arenero, razón por la cual hasta el día hoy la gente le dice con cariño el "Chanchito arenero". Por eso cuando notaron que Gatica perdía la visión a causa de una catarata, muchos se acercaron para aconsejarlo por el difícil momento que pasaba, esto porque otros acomodadores quisieron sacarlo de su espacio de trabajo, el cual por años ha sido su único ingreso económico.
"Hace 6 años que tengo la catarata, que me fue dejando ciego y a pesar de eso, la gente de repente lo trata mal a uno, porque nos estigmatizan, pero uno vienen a trabajar honradamente. Por eso cuando me quisieron sacar, un carabinero de apellido Rojas me apoyó y dijo que nadie podía sacarme del sector porque yo no molestaba a nadie", contó Gatica, quien a pesar de su falta de visión continuó trabajando, con inconvenientes pero perseveró.
"Hay personas que son muy amables, pero otras a veces te tiran las monedas al suelo, y uno ciego no tiene como recogerlas", contó apenado.
Segunda oportunidad
Frente al problema que atravesaba, la Municipalidad de Arica conoció su caso y gestionó a través de la Oficina de Acción Social, la derivación del paciente a la Dirección de Salud Municipal, DISAM, quienes gestionaron la intervención quirúrgica de su ojo derecho, que padecía de catarata, la cual es parte de las patologías GES, Garantías Explícitas de Salud, a la que pudo acceder Gatica.
"Estoy agradecido con la ayuda que me brindaron y también con el doctor Luis Montecinos que realizó la cirugía porque recuperé mi vista y puedo trabajar tranquilamente. Además la gente que me conoce sabe que yo soy tranquilo", añadió.
El estigma
La historia de cómo Jorge Gatica se convirtió en acomodador de autos, se remonta a los años 90, cuando uno de sus hijos limpiaba autos en el Asoagro. Época en la que Gatica decide acompañar a su hijo en dichas labores; con el tiempo, junto a otras personas fundan el Sindicato de Acomodadores de Auto, un oficio que a pesar de los esfuerzos de sus integrantes siguen siendo estigmatizado.
"Las gente a veces nos mira mal, porque no entienden que nosotros estamos para trabajar, que no somos delincuentes. Por algo tenemos nuestros uniformes y tratamos de prestar un buen servicio", señaló Gatica.
Con tantos años en el rubro, el antiguo acomodador explicó que le ha tocado ver tantas cosas que prefiere guardárselas.
"Uno ve de todo aquí, pero gracias a Dios Carabineros nos colabora y hace su trabajo. Lo único malo es que a diario uno ve basura por el sector, excremento y muchas botellas de alcohol. Y frente a eso uno trata de limpiar el lugar de trabajo, pero a veces esto nos supera", manifestó.
Hasta los 90 años
A pesar de todos los pro y contra que conlleva su oficio, Jorge aseguró que se siente bien fisicamente, por ende espera continuar como acomodador de autos hasta que su salud se lo permita.
"Ojalá hasta los 90 años", exclamó.
Es que su motor para seguir son sus hijos, en especial el menor, Luis, quien saco 630 puntos en la PSU; logro que tiene orgulloso a Jorge.
"Mi hijo quiere ser profesor, está postulando a la gratuidad, porque quiere estudiar en la Universidad de Chile, ojalá todo le resulte muy bien, pero de todas formas debo seguir trabajando para apoyarlo", comentó.
Y mientras acomoda un auto, Jorge saluda al conductor y este le encarga su "joyita" y se va de compras.
"La gente confía en uno, por eso es importante hacer bien las cosas y yo quiero dignificar este oficio", agregó mientras se pierde entre micros y autos. Es que de alguna forma , los acomodadores de autos como él, colaboran con el tránsito vehicular que día a día se deja caer por el Terminal Asoagro.