Pesebres de chocolate y de totora hay en la casa de este profesor
Más de cien nacimientos decoran la casa de Omar Saavedra, quien durante años, ha sumado figuras a la colección.
Los tiene de todos los tamaños y materiales. Cada uno tiene un detalle distinto, que lo hace especial. Por eso, cuando a Omar Saavedra le preguntan cuál de los más de cien pesebres que tiene en su casa es el que más le gusta, él responde sin dudar, "todos".
Durante 20 años este profesor de la Escuela Tucapel se ha dedicado a coleccionar los nacimientos cristianos que provienen de todas partes de Chile y del mundo. Primero los compraba, luego los pedía de regalo o los encargaba a algún artesano. Así fue armando un verdadero museo de figuritas que cada Navidad, destaca por sobre el Viejo Pascuero o el pino navideño.
Al entrar al living de su hogar, una decena de muebles y repisas contienen a los personajes. María, José y el Niño son los principales, aunque algunos incluyen también los ángeles, los pastores o a los Reyes Magos.
Hay fabricados de totora, de choclo, de madera, de plata, de cobre, de chocolate, de greda, de cristal, de fieltro... También hay miniaturas, donde destacan los nacimientos fabricados con palitos de fósforo, dentro de una pequeña caja o en la cáscara de una nuez.
"Hace más de 20 años compré un pesebre y me nació la curiosidad por juntar representaciones de todas las partes del mundo. El nacimiento de Jesús es el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad, así que honrar este nacimiento y sobre todo, a través de la mujer que es quien da vida, fue lo que me motivó", cuenta.
Saavedra destaca que ha tenido la posibilidad de viajar por diversos lugares, donde ha contactado a artesanos y les ha pedido nacimientos para su colección.
"Cuando viajo lo primero que hago es buscarlos. Y así se lo pido a Dios también, que me ayude a homenajear su nacimiento".
Este profesor es tan minucioso con sus reliquias que ninguna de ellas se encuentra quebrada o en mal estado, pues cuando a alguna figura le ha sucedido algo, él mismo se encarga de restaurarlas.
"Durante el año las guardo bien envueltas en papel y en varias cajas. Cuando hay pesebres delicados tengo mayor cuidado, por ejemplo, el de fieltro tengo que sacarlo meses antes para evitar que se apolille y el de chocolate debo mantenerlo refrigerado", dice.
Saavedra destaca convencido, que en la Navidad somos los seres humanos quienes recibimos el mayor regalo. "Dios nos dio a su hijo en la Tierra, eso es lo más grande que podemos tener".