Clima de debate
Este jueves se llevó a cabo el penúltimo debate presidencial, organizado por la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), previo a la segunda vuelta del domingo 17 de diciembre. Fue un encuentro que había generado expectación, debido al fragor con que se había desarrollado el anterior cruce de propuestas y opiniones entre los candidatos y candidatas que participaron en las Presidenciales desarrolladas hace unas semanas.
Todavía quedan los ecos de los monedazos de Alejandro Navarro a Piñera, o aquellos intercambios en los que más que propuestas, abundaban los ataques entre unos y otros aspirantes a La Moneda. Lo cierto es que en esta oportunidad, la situación fue distinta, debido a que los dos candidatos que van al balotaje, se concentraron más en sus propuestas, que en calificaciones cruzadas o hasta descalificaciones.
Es claro que este tipo de debates, llevados por los candidatos de una manera más constructiva y propositiva, contribuye mucho más a conocer las propuestas e ideas del sector que representan, y las de ellos mismos.
Ayuda a apreciar también los liderazgos, la manera de enfrentar de cada uno las preguntas no sólo de la prensa, sino que también las inquietudes de todo un país, sobre temas diversos, los mismos que los periodistas tratan de plasmar en las preguntas de cada debate.
Uno de los desafíos que hoy tiene nuestro sistema político y electoral, es lograr que la ciudadanía regrese a las urnas, y que de esa manera, las autoridades que son elegidas lleguen a los cargos con un mayor respaldo, y una mayor representatividad.
Y más allá de los mecanismos que hoy existan para que el electorado haga uso del actual derecho a votar, hay otro factor que es clave para la participación y es el clima que los mismos candidatos promuevan en el marco de este proceso.
Un clima beligerante, divisor y cargado de descalificaciones, poco anima a que la comunidad se sienta parte del sistema. Se espera hoy de los líderes de un país, por momento polarizado y carente de tolerancia, una visión más conciliadora, de largo plazo y que se refleje en sus hechos discursos y debates.