Nada es fácil en la vida y sobre todo cuando se trata de una mujer que tiene que salir adelante con sus hijos en la adversidad.

Esto es parte de la vida de Julia Fuentes, una esforzada microempresaria que en plena zona rural ha sabido superarse y no sólo preocuparse de sustentar su familia compuesta por su esposo y seis hijos, sino que con mucha generosidad ayuda desde hace tiempo a los más desposeídos de su entorno.

Julita, la madrina del pueblo, como le dicen con cariño, llegó hace 15 años a radicarse en Affasal de Taltape, perteneciente a la comuna rural de Camarones empezando con una pequeña granja educativa que después derivó en un proyecto de desarrollo agroturístico.

Fue en esos afanes, cuando comenzó a observar con esos ojos del alma que muchas personas del entorno, humildes habitantes y adultos mayores del poblado no contaban con las mínimas condiciones de sobrevivencia digna.

De esta forma, junto con dedicarse a desarrollar su proyecto agroturístico, se ha dedicado a diversas campañas para fechas como las fiestas patrias y navidad para juntar ropa y alimentos que les puedan servir a las familias que menos tienen.

Según asegura todo esto es inspiración divina y con su gran fe, motivó a su esposo Hugo Gil a colaborar en la construcción de una capilla en el sector.

Y esta semana, no contenta con ello, inauguraron la instalación de una imagen del arcángel San Miguel, con lo cual Arica cuenta con dos de estos angeles patronos, siendo el otro de mayor antiguedad ubicado en el poblado de San Miguel de Azapa.

La imagen que posee ahora Affasal de Taltape, fue traída desde Indonesia por Víctor Montenegro y con esto la familia de Julia Fuentes sigue contribuyendo a la paz y espiritualidad de un lugar al cual han dado una plusvalía turística que no estaba explotada.

"Este es un oasis como un regalo de la naturaleza, proporcionando retiros espirituales, relajación y convenciones de medicina alternativa, todo en directa relación con la naturaleza y su utilización en beneficio del ser humano", afirma Julia Fuentes.

Pero, ella no se queda allí y también ha organizado diversas fiestas infantiles para los niños del colegio del valle.

Y gracias a su esfuerzo, donde tuvo que aprender a pastorear, cosechar, cocinar los conejos que tienen, es que el año pasado resultó favorecida con una bonificación a compra de bienes de capital.

Ello le ha permitido mejorar su oferta para los turistas y seguir educando a sus hijos, tres de los cuales viven con ellos, ya que los otros están grandes.