En los departamentos del "Colectivo Vicuña Mackenna", uno de los edificios más antiguos de Arica, el descanso de los residentes se ha visto interrumpido por los constante ruidos de los ensayos, eventos religiosos y actividades culturales que se desarrollan en el Parque Carlos Ibáñez del Campo hasta altas horas de la noche.

Las familias afectadas aseguraron que los últimos años, la frecuencia de las actividades ha aumentado, pero también los horarios.

"Aquí se reúnen cofradías, evangélicos, bailes y otros espectáculos, los que duran hasta la 1 de la mañana y no permiten que la gente descanse. Por eso hay vecinos que incluso han llorado, porque no pueden dormir, ya que la mayoría de los vecinos son adultos mayores", dijo Juan Avilés.

ruido de multiplica

Son 3 los edificios que corresponden a los Colectivos Vicuña Mackenna, donde los afectados aseguraron que el eco que se genera en las noches es insoportable.

"El ruido se multiplica y los vidrios vibran, al punto que ya no se pueden escuchar ni las noticias. Pero cuando uno va a decirles que bajen un poco el volumen de los parlantes, piensan que uno los está discriminando, pero no es así. Solo pedimos un poco de respeto", añadió Avilés.

Los vecinos explicaron que no están en contra de los espectáculos culturales o intervenciones similares en el parque, sino que más bien solo piden que no se extiendan hasta la madrugada.

"En el primer piso hay personas enfermas que necesitan descansar, por eso nos sorprende cuando ya son las 12 de la noche y siguen los ruidos", dijo Ester Cerda, dirigente de la torre central, quien vive hace 20 años en el sector.

"Hay eventos que terminan a la 1 de la madrugada y no puede ser, porque no podemos descansar. De hecho mi marido debe levantarse a las 5 de la mañana a trabajar y con esto casi no puede descansar", aseguró Cerda.

Otro vecino fue más enfático y denunció estar cansado del comercio sexual que se da en calle Juan Noé con Baquedano durante la madrugada.

Por ahora las familias solo piden una regulación de los horarios en que se desarrollan las actividades. Por eso, acudieron al municipio a través del concejal Juan Carlos Chinga, para tratar de buscar una solución, pero indicaron que el problema de los ruidos molestos persiste.

Una ordenanza

Frente al caso de los vecinos, el concejal Juan Carlos Chinga aseguró conocer los problemas que afectan la calidad de vida de las familias cercanas al parque.

"Los residentes de esos edificios sufren de contaminación acústica permanente y eso lo di a conocer en su oportunidad al ex alcalde Salvador Urrutia, pero ahora también se lo expliqué a nuestro actual alcalde, Gerardo Espíndola. La idea no es terminar con los espacios culturales, sino que más bien buscar un punto de equilibrio para que ninguna de las partes se vean afectadas. Hay que establecer una norma, una nueva ordenanza que establezca horarios", dijo Chinga.

"Hay que pensar que son vecinos de la tercera edad y están algo abandonados en temas de áreas verdes e iluminación, son poco escuchados por eso hay que buscar una mejor solución", añadió.

Solo reuniones

Frente a la situación, desde la Gobernación de Arica explicaron que toda actividad que se realice en espacios públicos debe contar con el permiso respectivo. Asimismo aclararon que como gobernación solo autorizan reuniones de personas en lugares y horarios prudentes.

Por otro lado señalaron que los últimos días solo autorizaron un evento en dicho parque, donde el horario máximo era media noche, solo porque se trató de una ocasión especial, pero no sería algo recurrente, cosa con la que los vecinos no están tan de acuerdo.