Camila Espinoza López
Comenzaron las vacaciones de invierno, período que hace saltar de alegría a los niños, que por unas semanas podrán olvidarse de las tareas . Una respuesta menos efusiva es la que puede esperarse en estas fechas de parte de muchos papás, para los que puede resultar una labor titánica mantenerlos entretenidos todo el tiempo, especialmente si ellos no tendrán vacaciones.
"Es interesante no trasmitir en los hijos una situación de malestar o de pesar", dice Fernando Marchant, psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra.
El experto, en cambio, recomienda que la familia planifique qué harán en vacaciones y que los adultos tomen en cuenta a los hijos al tomar cualquier determinación.
Recurrir a un cercano
Si no logró tomar vacaciones, una buena opción para los papás es recurrir a algún familiar u otro cercano de mucha confianza, porque les puede entregar la tranquilidad de que los niños estarán bien cuidados.
Para decidir quién será la persona indicada, hay que considerar que, además de la confianza que usted tenga en el candidato o candidata, debe tener cierta afinidad con el niño que cuidará, explica Marchant.
Montserrat Sepúlveda, psicopedagoga de la Red de salud UC Christus, agrega que el que los niños se queden en la casa de un familiar no implica que sus padres no manifiesten su preocupación por ellos.
"Es importante que los papás no se desconecten de los hijos y estén llamando y preguntando constantemente cómo se sienten. Un niño echa de menos cuando no está cerca del papá", recalca Sepúlveda.
Los talleres
Otra alternativa que puede ser "la salvación" para algunos padres, es llevar a sus hijos a talleres deportivos u otros, en vacaciones.
Inscribir al niño en un área que le interesa, puede resultar muy enriquecedor para él, pero Sepúlveda advierte que se debe tener ojo porque, contar con muchas actividades en este período del año, puede resultar agotador para un niño.
"La idea no es colapsarlos. Que el after school o los talleres de invierno, ojalá, no signifiquen actividades recreativas todos los días. La idea es que los niños sientan que descansan también, que pueden estar en la casa, ver tele, dormir hasta más tarde, o comer cositas ricas", dice la psicopedagoga.
Marchant agrega que no hay que olvidarse de jugar: "Se ha perdido mucho el juego. Es interesante reconectarse con ese espacio que te saca de la rutina. El colegio viene con una rutina racional cognitiva y hay que irse por el lado opuesto para generar el descanso".
Visitar el trabajo
Sepúlveda también se refiere a la situación de los padres que, en vacaciones, se ven en la necesidad de llevar a sus hijos, algunos días, a su trabajo, por no tener quién los cuide.
"Bajo esas circunstancias se pueden llevar mandalas y plasticinas para que no se aburran. Hay que buscar la alternativa de diversión", dice Sepúlveda.
La psicopedagoga recalca que se debe evitar dejar solo a un niño en el hogar, o al cuidado de otro niño, porque quedan expuestos a múltiples riesgos. "Es lo menos recomendable", remarca la experta.
"No hay que olvidarse de jugar (...). El colegio viene con una rutina racional cognitiva y hay que irse por el lado opuesto para generar descanso"
Fernando Marchant,, psicólogo"