Alejandro Garviso,
"Es una cancha de baby fútbol que con el tiempo se ha ido deteriorando más y más. Los vecinos que se preocupaban de mantenerla se empezaron a ir, otros empezamos a envejecer. Ahora la cancha lleva más de 15 años abandonada. Nosotros nos hemos criado acá desde pequeños y nadie nos ha venido a ayudar nunca".
Justina López,
"Los niños acá están en la edad de jugar pelota y como la cancha no está cerrada, todos los pelotazos le llegan a mi casa, porque hay sólo un arco. Es cosa de todos los días. Nosotros tampoco podemos impedirle a los niños que jueguen, porque tienen que hacer deporte, además de que es lo único que tienen en el sector para divertirse".