Piscina Olímpica
Hace un tiempo pude ver un proyecto que se refiere a la piscina olímpica. Éste contemplaba techarla para cumplir -según sus diseñadores- con los stándares internacionales, ya que se pretende que sea una piscina destinada a la alta competición. Nadie duda que cualquier proyecto que mejore la calidad de nuestros jóvenes deportistas es bienvenido, pero no puede ser a costa de afectar instalaciones que representan un valor para la ciudad.
Las necesidades actuales (éstas y otras) pueden y deben ser cubiertas con proyectos innovadores, teniendo extremo cuidado de no estropear lo que ya tiene un valor en sí mismo. ¿porqué? Porque no tenemos derecho. Simplemente no tenemos derecho a modificar o alterar las construcciones que son -me atrevería a decir- patrimoniales. Si la exigencia de mantener agua temperada para los entrenamientos de élite se resuelve techando una piscina (o "vaso", como aclararía técnicamente un purista) entonces debería contemplarse la construcción de una piscina diversa, especialmente diseñada con dichos standares. Cualquier megaproyecto deportivo integral y urbanístico, que pretenda incorporar la estructura de la piscina actual debe considerar su estructura y relevarla armónicamente en su calidad de tal. Cabe aclarar que no soy particular admirador del llamado modernismo o brutalismo, pero sin duda la piscina olímpica -nuestra piscina olímpica- representa un valor patrimonial único para la ciudad de Arica, y sería un absurdo error perderlo.
Este valor -para que quede claro- va más allá de la pregunta utilitaria de para qué sirve o podría servir algo. Es como si en Roma se detectara la necesidad de que los jóvenes requieren mejorar las condiciones de la rama de atletismo y a algún "iluminado" se le ocurriera transformar el Coliseo encementándolo. Obviamente que las obras requeridas para mantenimiento o reparación son imprescindibles -la piscina los requiere urgentes- pero eso es otra cosa. Es tarea de las autoridades políticas requerir y luchar por conseguir los recursos para nuevas construcciones o reparar las existentes (la piscina sigue siendo un lugar maravilloso al aire libre para aprender a nadar que está en la memoria y en la conciencia de los ariqueños) pero no para modificarlas al punto de convertirlas en estructuras sin identidad, como los aeropuertos fabricados en serie.
Rodrigo Muñoz Ponce