Aprenda los trucos para mantener a los niños alejados del exceso de azúcar
La llegada del "conejo de pascua" es una oportunidad perfecta para que los niños coman azúcar de más. ¿Como controlarlo? Expertos recomiendan a los padres no tener miedo a las pataletas y ser consistentes con sus reglas.
Camila Espinoza López
Se acerca Semana Santa y muchos niños esperan con ansías que el conejito pase por su casa y deje muchos huevos de chocolate. Una expectativa razonable, pero que genera un problema para los papás, que no quieren que sus hijos coman huevitos en exceso y se enfermen.
"Los hábitos alimenticios se van formando en la primera infancia y se van a ir a consolidar en la adultez. Si somos flexibles con respecto a lo comida, probablemente vamos a generar niños obesos", dice Yilda Quintanilla, docente de la Escuela de Psicología de Universidad de Las Américas-UDLA.
Esto, en un país donde, de acuerdo al Mapa Nutricional 2016 realizado más de 660 mil niños, un 26,4% de los alumnos de entre cinco y siete años tienen sobrepeso, y un 23,9% son obesos.
Ser consistente
La especialista explica que, para fomentar que los hijos no sean adictos al azúcar, los padres deben ser consistentes al fijar reglas.
"Hay padres que les dan dulces a los niños y les dicen: éste es el último que comes. Después el niño quiere otro y, si los padres aceptan otro más, ya la consistencia del 'decir que no', pierde el efecto'", dice.
En estos casos, Quintanilla recomienda decir al pequeño, "hoy te comerás esta cantidad y el resto lo guardamos para mañana".
Manejar la pataleta
La docente cuenta que uno de los temores de los padres suele ser que su hijo tenga una pataleta y que terminan cediendo para evitarlas.
"La pataleta hay que manejarla. No hay que evitarla, dándole lo que el niño quiere. Si el niño patalea porque quiere más dulces y el papá le da más dulces, el niño va a aprender que ese tipo de conductas le sirve para conseguir lo que quiere en las distintas cosas de la vida", señala Quintanilla.
De acuerdo a la especialista, no se debe ceder y lo ideal es conversar con ellos.
"Los niños necesitan conocer las razones de las cosas. Explicarle que es por salud y que, aunque siga llorando, no van a tener más dulces", recalca.
Ser prudentes
A pesar de que algunos padres puedan pensar que lo mejor es no dar dulces a los niños, según Quintanilla, más que privar, la idea es "dar con prudencia".
Por ejemplo, después de llegar de un cumpleaños con una bolsa de dulces, una buena técnica es dar algunos dulces al niño y guardar la bolsa diciendo que, al día siguiente, puede seguir comiendo: "Probablemente al niño se le va a olvidar la bolsa al otro día. Si la ven de nuevo. Se van a recordar".
Y, si usted es quien organiza el cumpleaños, en lugar de entregar una bolsa con dulces, podría optar por un pequeño juguete, dice la psicóloga, con la cual los invitados quedarán igual de contentos.
El bebé
Mae León, nutricionista de la Universidad de Chile, advierte que es importante que, por lo menos, hasta el año de edad de un bebé, no se le añada azúcar a los alimentos.
"No hay que agregar ni azúcar ni sal a las comidas, porque los bebés no conocen el sabor. Mientras más pospongamos que lo conozcan, va a ser mejor", dice.
También recalca que es importante que los adultos se fijen en el nivel de azúcar de los alimentos que consumirán sus hijos, de manera de prevenir problemas de obesidad en el futuro.
"Si el niño patalea porque quiere más dulces y el papá le da más dulces, el niño va a aprender que ese tipo de conductas le sirve para conseguir lo que quiere".
Yilda Quintanilla, psicóloga"