"Oiga, yo soy el Franco, este teléfono lo tengo yo, así que déjelo de llamar. Él no le va a contestar nunca más".
Así comienza el primero de los tres audios de Whatsapp que una mujer de 24 años, identificada por las iniciales B.Q.R, recibió cerca de las 23.00 del martes, en Santiago. Los mensajes provenían del celular de su pareja, Franco, hombre de 23 años, quien trabaja por las noches como conductor de una aplicación.
Pocos minutos después, B.Q.R llegó hasta la 54° Comisaría de Maipú para denunciar el presunto secuestro de su conviviente, el cual, luego se descubrió, resultó era un engaño. El "secuestrado" estaba de parranda con sus amigos. Para más remate, los expertos de la unidad de informática del OS-9 descubrieron que el hombre envió esos audios desde botillerías y locales nocturnos.
¿cómo lo pillaron?
La teniente del OS-9 de Carabineros, Javiera García, dijo a La Estrella que luego de que la pareja de Franco realizara la denuncia, se instruyó un operativo que incluyó un rastreo terrestre y otro virtual, para dar con el paradero del hombre.
"La unidad de informática del OS-9 cuenta con softwares especiales que pueden detectar la dirección IP del dispositivo que envió el mensaje e, incluso, el lugar desde dónde fueron enviados. Y, al revisarlos, nos dimos cuenta de que estos coincidían con la dirección de una botillería, un local nocturno y el domicilio de uno de los amigos cercanos del supuesto secuestrado", dijo.
Según García, el hombre fue encontrado por Carabineros cerca de las tres de la madrugada, en compañía de sus amigos y "en un estado etílico un poco vulnerable, pero bien. Más que secuestrado, diría que estaba gozando".Según indicaron desde Carabineros, el hecho no es constitutivo de delito y, por lo tanto, ni el hombre ni sus amigos fueron detenidos.