Acampar en playas lo sienten un derecho
Hoy las familias ariqueñas ya no ven como un beneficio el poder utilizar las playas para acampar. Hoy las familias lo encuentran un derecho, incluso hacerlo en playas no aptas para el baño.
Hoy las familias ariqueñas ya no ven como un beneficio el poder utilizar las playas para acampar. Hoy las familias lo encuentran un derecho, incluso hacerlo en playas no aptas para el baño.
Ayer fue reabierta la Catedral San Marcos, tras un extenso y completo proceso de restauración.
El principal templo diocesano tiene una gran importancia religiosa, para los fieles católicos, pero también un gran valor patrimonial, por su antigüedad, su origen, en los talleres de Gustave Eiffel, y por su historia, que enlaza su instalación en Arica con el gran terremoto de 1868.
De estilo gótico y completamente metálica, a excepción de sus portones de madera, es la única construcción ariqueña de esas condiciones.
Además, cuenta con una ubicación privilegiada, presidiendo desde un sitial elevado la plaza Colón y con una vista privilegiada a la cima del Morro.
Por el material con que fue fabricada, la estructura requiere periódicas mantenciones, que mitiguen los daños causados por la corrosión asociada al aire salino, especialmente en locaciones tan cercanas a la costa.
Es lo que acaba de concluir el Ministerio de Obras Públicas, con un resultado que sólo puede ser digno de aplauso y nos asegura varios años más de un templo en plenitud de esplendor.
Un resultado similar es el que esperamos se logre con la antigua Aduana, actual Casa de la Cultura, que también está en proceso de restauración, para reparar los daños causados por el último terremoto y dejarla en condiciones de soportar un nuevo movimiento telúrico.
Sin embargo, hay una deuda importante con otro monumento de primera importancia en la ciudad.
La estación del Ferrocarril de Arica a La Paz se deteriora a ojos vista de toda la comunidad y, hasta ahora, nada concreto se ha hecho para recuperarla.
Este inmueble está estrechamente ligado a la historia de la Arica del Siglo XX y a la familiar de miles de ariqueños cuyos padres, abuelos o ellos mismos trabajaron en la actividad ferroviaria.
Para todos ellos, para la ciudad entera y aún para el país es urgente rescatar ese hermoso edificio, antes de que sea demasiado tarde.
Su destino, según se ha anunciado, es convertirse en una biblioteca regional a cargo de la Dibam, pero la burocracia es lenta y el riesgo es mucho.
17 de enero de 1987
Un equipo médico encabezado por el doctor Héctor Castillo practicó una intervención quirúrgica a un paciente que presentaba una hernia del núcleo pulposo en la columna vertebral. Durante dos horas los profesionales trabajaron en el pabellón, donde también estuvo La Estrella.
El título de este Morro parece ser la respuesta que tenían al mediodía de ayer, los que transitaban por Yungay, donde un joven y dos mujeres fumaban y fumaban marihuana apoyados en los autos ajenos.
Corín Tellado. Así firmaba sus novelas, y era la autora más leída por las señoras de Estación Central. Debido al interés que suscitaban entre la población femenina de ese emplazamiento ferroviario, los empalagosos folletines acabaron despertando mi curiosidad.
A través de ella, me fui familiarizando con la lectura, ya que la natural curiosidad de mis años me instaba a leer con avidez los embrollos sentimentales impresos en sus publicaciones. Al cabo de un tiempo, con masculino pragmatismo descubrí lo que las obnubiladas damas no.
La Tellado, acicalando personajes, modificando locaciones, ciudades y países, había encontrado la fórmula para poder contar
-una y otra vez-, la misma historia, haciéndoles creer que: diferentes eran los protagonistas, nuevos los lugares, distintas las ciudades y otros los países, aunque las tácticas de seducción, para robar el beso primero, se parecieran sospechosamente, al de su novela anterior,... y posterior. Así, en virtud de su almibarada verborrea, y enmascaradas tras nuevos títulos de mercadeo y distintas portadas, la autora perpetuaba los altibajos sentimentales de remozadas doncellas; otrora rubias, hoy día morenas, y de sus reacondicionados galanes. Ellos, que ayer las seducían bebiendo jerez, fumando pipa, y pintando atrevidos desnudos en sus buhardillas; en la versión siguiente, eran abstemios, renegaban del tabaco, y las cortejaban de punta en blanco, al interior de un estudio jurídico. Pero, ya con más edad y discernimiento, descubrí autores de clásicos juveniles, tales como Emilio Salgari, Jack London, y Verne, reemplazando así, las empalagosas historias, por el rojo carmesí de la aventura, dejando para mi madre, las historias de galanes y heroínas despechadas.
Años después, me enteraría, a través de una revista de artículos seleccionados, que Corín Tellado, la relamida escritora de mis lecturas tempranas, era la más leída del planeta, superando en sacrílego récord, a la mismísima Biblia.
Las playas y los concursos de belleza, además de talleres recreativos, están transformando el verano en algo entretenido para residentes y turistas que visitan la ciudad, sin tener que buscar otros destinos turísticos.