La Presidenta de la República presentó ayer el proyecto de ley que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología. La repartición debería lograr el sentido anhelo de la comunidad científica nacional de elevar y focalizar la inversión en el sector, para beneficio del crecimiento del conocimiento generado a nivel local y el progreso del país.

A estas alturas muy pocos pueden discutir que el avance de la ciencia y la búsqueda de aplicaciones prácticas para sus descubrimientos son sólidas bases para el desarrollo. Pero eso no libra a ese sector del dilema básico de la economía que es cómo responder a necesidades crecientes con recursos escasos.

Atraer la mayor cantidad posible de esos recursos, creando un polo de desarrollo científico, aparece así como un interesante desafío para nuestras autoridades y,en general, toda la comunidad regional.

A favor, Arica y Parinacota tienen las condiciones propias de un gran laboratorio natural.

Como una de las zonas con mayor radiación solar del mundo, es un sitio ideal para la investigación y desarrollo de aplicaciones en energía fotovoltaica y termosolar.

En su condición de una de las zonas más áridas del mundo, también es un lugar con excelentes condiciones para la investigación de los ecosistemas desérticos y la adaptación de los seres vivos a ambientes de escasez hídrica, en momentos que el cambio climático amenaza amplias áreas del mundo con la disminución de precipitaciones y la desertificación.

Muy cerca, la provincia de Parinacota presenta un escenario de altura que permite desarrollar investigaciones sobre la adaptación de los seres vivos a la escasez de oxígeno, la baja presión atmosférica, elevados niveles de radiación y violentas oscilaciones térmicas diarias.

La pampa desértica, por su parte, ofrece un ambiente de aislamiento que permiten realizar con seguridad experiencias donde es clave esa condición.

Con todas esas ventajas, la región podría perfectamente ser un centro científico y tecnológico de importancia nacional e internacional, pero se necesitará gestión para lograrlo.

Se inició un nuevo año, con muchos desafíos e historias que nos invitan a soñar una Arica y Parinacota próspera pujante, maravillosa, sostenible.

Añoro un Plan Regulador Comunal que contemple diversas alternativas y visiones de ciudad, donde se fomente un crecimiento moderno y potente en el hermoso y enorme borde costero ariqueño, sobre todo en la zona norte, un aporte urbano; además un casco antiguo potenciado, bien cuidado, limpio, que genere un polo de desarrollo para los turistas que podrán apreciar nuestra milenaria cultura; pero que también limite el crecimiento hacia Azapa para que siga siendo un pulmón verde y no un valle de concreto.

Sueño con un gran Museo de la Cultura Chinchorro (o Centro Cultural, si lo desean) que sea diseñado por un experto de fama mundial y en un lugar donde luzca, que sea un faro para el desarrollo regional, ojalá cerca del centro histórico. Lugares hay.

Fantaseo con un Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas (PEDZE) que sea realmente de desarrollo en todas sus obras para generen un impacto igual o superior a las Cuevas de Anzota, que además promuevan fuentes de trabajo permanentes.

Espero una estrategia regional considerando totalmente la opinión de la comunidad, donde turismo, patrimonio y logística son reconocidas por la población como los ejes de desarrollo.

Sabemos lo que tenemos, lo que queremos y cuál es nuestra vocación.

Sueño con la construcción del embalse de Chironta, mover el puerto al sector norte, con un aeropuerto con múltiples conexiones, playas llenas y mucha actividad náutica; con turistas aventureros recorriendo General Lagos, Camarones y Putre; sueño con el repoblamiento de toda la región y con el sabor del pintatani en las gargantas de miles de visitantes.

Estamos disponibles, porque este 2017 es nuestro, soñemos y trabajemos con toda la fuerza por una mejor región, porque construir Chile es obra de todos.