Lo que dicen las cifras de las municipales
Creciente desinterés por votar, autoridades con menos respaldo electoral y fuerte aumento del interés por postular a un cargo de elección popular son parte del panorama.
La que acaba de registrarse es la contienda electoral más pareja ocurrida en Arica desde el retorno a la democracia.
Los 122 votos de diferencia representan una distancia de apenas un 0,25 por ciento entre el electo Gerardo Espíndola y su más cercano competidor, Rodrigo Cuevas, calculado este porcentaje sobre el total de votos válidamente emitidos. (Figura 1)
Antes de eso, la distancia más estrecha en una elección municipal fue la que se produjo el 2008, cuando Waldo Sankán se convirtió en alcalde tras superar por 8 puntos porcentuales a Nino Baltolu. (Figura 2)
Pero si consideramos la totalidad del padrón electoral, el gran triunfador de la elección del pasado domingo fue por lejos la abstención, que superó en una razón de 10 a 1 al alcalde electo y por dos veces y media a la votación sumada de los once candidatos que participaron.
Planteado de otro modo, de cada cuatro ariqueños que concurrieron a votar 1 apoyó a Gerardo Espíndola, y tres optaron por algún otro candidato. Pero si ampliamos la mirada vemos que de cada cien ariqueños habilitados para votar 7 apoyaron al alcalde electo, 21 apoyaron a algún otro candidato y 72 simplemente no fueron a sufragar. (Figura 3)
La falta de interés por votar es un fenómeno creciente. Desde la elección municipal de 1992 ( la primera post retorno de la democracia) la participación viene decreciendo, pasando de 75 mil 243 votos válidamente emitidos ese año a 64 mil 480 en 2008, una reducción de casi 11 mil votantes en 16 años.
La siguiente elección, en 2012, se efectuó bajo la nueva ley, que establecía la inscripción automática y el voto voluntario. Esto se reflejó en un brusco aumento del padrón electoral y la aceleración de la tendencia a la baja de votantes, con casi 9 mil menos en cuatro años y alrededor de otros 7 mil menos para los comicios de la semana pasada. (Figura 4)
Esto no ha afectado solamente el apoyo recibido por los alcaldes, que cada vez resultan electos con un número menor de sufragios (Figura 5) sino que se extiende también a los concejales.
En 1992, los siete concejales electos (el concejo de 8 integrantes se completaba con el alcalde) sumaban entre todos poco más de 35 mil votos.
Los diez concejales electos el pasado domingo representan entre todos 13 mil votos y un poquito más. Esto es un tercio del apoyo que en conjunto lograron los ocho ediles electos el año 2004. (Figura 6)
Pero el creciente desinterés por participar en las elecciones no ha alcanzado a un sector de la población, el de los candidatos. Hasta el 2000, cuando era alcalde el postulante más votado y los siguientes quedaban como concejales, el número candidatos se mantenía relativamente estable.
Pero desde el 2004, cuando se aplicó por primera vez el actual sistema, en que se elige en forma separada a los concejales y alcaldes el número de candidatos ha crecido notoriamente, más que triplicándose en 12 años. (Figura 7).
De proyectarse estas tendencias, cosa incierta, para el 2020 podríamos enfrentarnos a una elección con 15 candidatos a alcalde, más de 150 a concejales y un alcalde electo con alrededor de un 20 por ciento de los votos válidamente emitidos.
Pero eso está por verse.
Poca simpatía
Para el sociólogo, Andrés Uribe, estas elecciones municipales dejaron en evidencia la poca simpatía que la población tiene con los conglomerados políticos, donde rostros nuevos apostaron por la juventud.
"En estas elecciones no ganaron los partidos políticos tradicionales y eso se notó en los votos que obtuvieron Rodrigo Cuevas y Gerardo Espíndola, quienes utilizaron las redes sociales y las acciones en su campaña", señaló.
En cuanto a la abstención que hubo y al porcentaje con que Espíndola salió electo, Andrés Uribe manifestó que si bien lo apoyó un 24% de la población, fueron votos ganados en las urnas gracias a una campaña efectiva que junto a Vlado Mirosevic supieron llevar. "En estas elecciones se vuelve a repetir el factor de candidatos descolgados de los grandes partidos políticos. Por ejemplo estuvo Sankán, Urrutia y ahora Espíndola.
Qué ayudó
En relación a la sorpresa que dio Rodrigo Cuevas el profesional explicó que "en redes sociales Cuevas supo cautivar a las personas que nunca habían votado; lo pudo haber hecho otro, pero él lo supo hacer y eso se notó en las elecciones. Finalmente Cuevas se posicionó gracias a su página de Facebook y Gerardo supo utilizar material audiovisual y una buena estrategia comunicacional a diferencia de José Durana y Andrea Murillo".
Por ejemplo, Durana se enfocó en la misma gente de siempre, en esa que va a votar, pero le faltó dirigirse a la juventud o a aquellos que no se dan con las reuniones políticas, dijo.