Esta historia nace hace un año, tras un dolor de muela, 10 días en cama y un montón de películas que Héctor Juan Copa Terán se vio obligado a ver mientras se recuperaba de una extraña enfermedad.

Resulta que fue a finales de 2015 que el comerciante de 50 años sufrió una fea complicación en su dentadura, que lo obligó a reposar más de una semana en su domicilio del sector norte de la ciudad.

Por lo mismo, y para que no se aburriera, su suegra le llevó una montonera de DVD's para que los 10 días en cama pasaran más rápido, sin pensar que uno de los discos le cambiaría la vida al propio comerciante.

"Como a varios, para mí es fatal estar enfermo y más encima en cama. Me daban ganas de salir a hacer cosas, a trabajar y a todas eso que un comerciante necesita hacer, así que esos días lo pasé pésimo, hasta que llegó a mis manos una colección entera de "El Patrón del Mal" (la historia de Pablo Escobar)", cuenta.

"Al principio la serie no me atrajo mucho, hasta que vi la parcela donde el hombre vivía y me fijé harto en el avión que le daba la bienvenida a quien entraba a la llamada Hacienda Nápoles".

Dio la casualidad

- Y cómo se materializa todo

- Ya con el alta médica me quedó dando vueltas en la cabeza el nombre de la Hacienda Nápoles y el avioncito. Pasaron un par de días y justo da la casualidad que me ofrecieron administrar una parcela en Cerro Sombrero y darle un enfoque que la hiciera un lugar campestre, para eventos, manifestaciones y todo lo que lo pudiera relacionar.

- Ahí nació el asunto.

- Claro, ahí mismo se me vino a la cabeza la idea de poder convertir un pedazo de la serie de Pablo Escobar, que reconozco que es un personaje negativo para la historia, en algo que fuese una zona de esparcimiento.

- ¿Y el tema del avión?

- Ya, ahí me contacté con un maestro peruano y le expliqué la idea del avión. Al principio me costó creerle, porque igual era una pega complicada. O sea confeccionar un avión a escala, más encima el soporte y después montarlo sobre los pilares, igual es trabajo y da para varios días, pero el hombre lo hizo.

- Eso es el frontis, ¿y adentro?

- No es sólo el frontis, adentro igualmente quisimos hacer algo similar. Fíjese que ya tenemos dos piscinas hermosas, áreas verdes y nos falta poco para que crezca el pasto en la cancha, porque no queremos hacerla de pasto sintético, sino que el verdadero.

- ¿Ha pensado en un zoológico y cosas así, como tenía Pablo Escobar?

- Por supuesto. Incluso ya mandamos a crear un dinosaurio gigante, como Pablo Escobar mandó a confeccionar en uno de sus capítulos.

- O sea le falta el puro "cartel de Arica".

- Sí lo tenemos. Lo que pasa es que yo soy dueño de una botillería. Comercializo licores, así que un buen amigo que es concejal, Daniel Chipana, ya nos puso la chapa.

- ¿Y cuál sería?

- El Cartel del Copete, jajajá.