Abuelita mantiene la tradición de fabricar volantines de papel
Olga Barahona comenzó su negocio familiar por accidente, cuando su esposo hizo cometas para sus nueve hijos hace decadas atrás, los cuales gustaron tanto a sus vecinos que el negocio comenzó a crecer y prosperar hasta el día de hoy.
Con la llegada de septiembre comienza el trabajo para Olga. Por eso por cuarto año consecutivo vuelve a la Rotonda Azapa para llenarla de color con los volantines que ella misma fabrica. Si bien reconoce que ya no hace tantos como en su época dorada, todavía tiene un buen stock para estas Fiestas Patrias. Misma fecha en la que inició este negocio de volantines hace años cuando sus nueve hijos eran pequeños.
"Siempre tenía que comprar muchos volantones para mis hijos, por eso mi esposo decidió hacerles un volantín a cada uno. Aquellos años los vecinos vieron como habían quedado y nos pidieron algunos y así empezaron a hacernos varios pedidos cada año", contó Olga Barahona.
En plena rotonda la señora Olga y su hijo Mauricio, acomodan los coloridos volantines en un improvisado puesto, donde ordenan los hilos y carretes. Es que se han surtido de varios artículos para que los niños puedan armar su volantín con el accesorio que prefieran.
Al llegar al puesto se observan diversos cometas, unos grandes, otros coloridos, con diseños o simples; de tela, de plástico y de papel. Estos últimos son algo nostálgicos porque recuerdan una época de gloria dieciochena cuando reinaban por los cielos los volantines artesanales, esos que todavía compran los padres para sus hijos, a pesar de que ellos ahora prefieren los plásticos de dibujos animados. Aún así los adultos los buscan para decorar la casa o elevarlos este 18, como se hacía años atrás.
Llegada a arica
Olguita, es oriunda de Talca, donde cada 18, fabricaba volantines. Pero el año 2001 su marido fue trasladado a Arica por trabajo y Olga tuvo que venir junto a sus hijos. Pero en 2007 se fueron y regresaron a la ciudad hace 4 años.
"Cuando llegamos a Arica los primeros años no hicimos volantines, pero desde que volvimos hace 4 años atrás, decidimos retomar la confección de volantines por temas económicos", contó la señora Olga.
Al principio no tenían donde vender sus volantines de papel, hasta que una amiga de la familia les recomendó ubicarse en la rotonda de Azapa, lugar al que vuelven cada año para ofrecer a los niños lo mejor de sus volantines.
Desde marzo
En su época de juventud Olguita fabricaba 120 volantines al día, pero los años se le han ido encima, pero por entusiasmo no se queda atrás y a mucha honra termina 60 volantines al día.
"En marzo trabajamos el papel, antes lo hacíamos todo de un viaje pero ahora por la edad lo hacemos por partes, por eso en julio compramos los palitos y así se van armando por partes. El año pasado vendí 1300 volatines de papel y quedamos cortos, por eso este año hicimos 1800", explicó Olguita.
De lunes a lunes
La jornada de esta abuelita volantinera comienza a las 8.30 de la mañana y termina a las 18 horas. Está en plena época dieciochera por eso atiende de lunes a lunes.
"Hay cometas de varios precios, los de papel cuestan 300 pesos a mil. Y los más grandes de tela valen 10 mil pesos. También hay hilos de 700 pesos y carretes. En fin, la venta está algo lenta todavía, pero no me puedo quejar, todo va lento pero seguro", señaló, mientras atiende a un grupo de niñas que llegó corriendo al puesto para escoger un volantín.
Es que el encanto de los volantines y la tradición por elevarlos en Fiestas Patrias aún no se ha perdido. Y mientras existan artesanas como la señora Olguita, la diversidad en cometas y volantines seguirán entreteniendo a toda la familia.