Una revancha necesaria para recuperar la sonrisa
Cuesta escribir con las sonrisas extraviadas, tras el 2-1 en contra en el Defensores del Chaco. El resultado no hace más que ratificar una de las grandes máximas del deporte más popular del mundo: "el fútbol es presente, lo demás es música".
Y en estas clasificatorias, cada vez más complicadas, los dos grandes logros de nuestra Selección (Copa América 2015 y Copa Centenario 2016) deben ser ratificados cada 90 minutos. No hay otro camino.
Por suerte, es posible que la derrota quede en el olvido antes de que se nos agrande la herida, pues se acerca otra de las máximas del deporte, que nos dice: "el fútbol siempre da revanchas".
En nuestro caso, la oportunidad se presenta este martes 6, a las 20.30, en el Estadio Monumental, cuando juguemos ante Bolivia.
Será la primera vez en la historia que, como local, enfrentaremos en el partido de ida a los bolivianos. En todos los restantes encuentros eliminatorios (seis partidos en Santiago, cinco victorias para Chile, un empate, y 17 goles a favor y cinco en contra) siempre jugamos después del encuentro en La Paz.
En el que jugamos, camino a Sudáfrica (Estadio Nacional, el 10 de junio de 2009) me quedé con la sensación de un marcador muy engañoso. Ganamos 4 a 0, sumamos tres puntos muy importantes, pero -a pesar de la contundencia ofensiva- el juego colectivo no fue nuestra mayor virtud.
Tanto es así que se iba el primer tiempo, cuando, en el minuto 44, Matías Fernández aprovecha un error defensivo, saca el centro desde la derecha y aparece Jean Beausejour para marcar con un certero frentazo al arco.
En el segundo lapso, Marco Estrada y Alexis Sánchez (este último dos veces) establecieron la goleada que, según los expertos, nos dejaba a unos cuatro puntos de Sudáfrica, con cuatro partidos por jugarse.
Bajé desde la tribuna oficial, calculando de manera muy optimista desde donde podíamos sacar esas cuatro unidades (el orden en que nos quedaba jugar era: local contra Venezuela; visita en Brasil y Colombia y local ante Ecuador) que nos volvía a la gran cita.
Entré al vestuario, saludé a uno de los utileros y, contra mi costumbre, fui primero a saludar a Marcelo Bielsa, antes que a congratular a los jugadores.
Marcelo revisaba imágenes del partido, cuando le extendí la mano. Me miró, saludó y dijo: "ve que siempre deciden los jugadores", mi cara de pregunta lo hizo seguir en un monólogo: "sí pues, cuando vino el 'ful' a Alexis llamé a Estrada y le dije, en forma muy clara: busca que el tiro de un bote antes de llegar al arquero...".
Y siguió Bielsa: "habíamos estudiado a Arias (portero boliviano). En los tiros libres con bote previo, siempre daba rebotes. Entonces ensayamos cada día ese servicio. Desde la derecha le pegaba Estrada de zurda con un bote en el área chica; el arquero no la contenía y entraba Humberto para marcar". Me miró Bielsa y prosiguió: "le dije a Estrada, haga lo que practicamos y avísale a Suazo. Le repetí varias veces y siempre me asintió con la cabeza, que eso haría".
"Vino el tiro libre, la pasó sobre la barrera y acertó un golazo. Ve usted. Por mucho que entrenemos y practiquemos al final es la inspiración y el talento el que manda. Y ante eso no hay nada que hacer", cerró.
"Es posible que la derrota (ante Paraguay) quede en el olvido antes de que se nos agrande la herida, pues se acerca la máxima que dice: el fútbol siempre da revanchas"."