¿Qué tan buena idea es que los padres den mesada a los hijos?
Expertos coinciden en que es buena idea que los niños manejen su propio dinero, el que puede comenzar a entregarse desde los siete años y en forma semanal. Psicóloga advierte que no debiera estar vinculado a tareas como hacer la cama.
Como bien saben los papás, el dinero no crece en los árboles y dar una mesada puede ser una buena forma de transmitir esa enseñanza. Diferentes especialistas aseguran que dar un monto específico y de forma regular a los niños puede ser una buena forma de enseñarles, desde chicos, que los recursos no son infinitos y por ende deben cuidarse.
El economista del Centro de Economía Aplicada de la Universidad San Sebastián (USS), Francisco Aravena, cree que la mesada es una herramienta que permite a los niños cuantificar lo que tienen y así darle la mayor cantidad de usos posibles: "También es bueno para mostrarles para qué sirven los servicios y cómo se optimizan (...). El sentido final es que aprendan que éste es un instrumento, un medio de cambio y no más que eso", dice a La Estrella Aravena.
¿desde qué edad?
¿Desde qué edad debe darse mesada a los niños? El economista cree que podría ser desde que tienen poder de discernimiento, una opinión que no comparten todos los expertos.
La psicóloga y educadora de la Universidad Andrés Bello, Mónica Miranda, considera que en época prescolar no es positivo que un niño maneje dinero. Para la especialista, una edad apropiada para comenzar a darles dinero es desde los siete u ocho años, en que ya tienen más noción de lo que pueden hacer con estos recursos.
¿Semanal o mensual?
Idealmente, la entrega de este dinero debe hacerse una vez a la semana y no mensualmente, pues 30 días es un plazo muy indeterminado para un niño pequeño, dice Miranda.
"Una vez que crezcan se puede hacer mensual, que es como uno paga y recibe dinero en la vida, pero eso cuando son más grandes", recalca.
La cantidad
Sobre el monto que se debe entregar a los hijos, el economista de la USS dice que, por supuesto, depende del bolsillo de cada familia, pero advierte que ésa no es la única variable.
Recalca que la cantidad que se les entregue está directamente relacionada con cuánto poder de "decisión" quieren entregarles los padres, ya que no es lo mismo contar con recursos para comprar una bebida en el recreo que para invitar a todo el curso.
Miranda, por su parte, dice que la cifra no es tan relevante como que ésta sea siempre igual, tanto en monto como en frecuencia: "Es lo mismo que nos pasa con el celular, que tiene minutos y uno los organiza por un tiempo definido, hasta que se renuevan".
Deberes y no favores
Otro punto es si la mesada debe estar condicionada al cumplimiento de metas.
Al respecto, Miranda dice que ha visto niños que todavía no llegan a primero básico y ya manejan sumas de $5.000 o $10 mil, en ocasiones relacionado con tareas como hacer la cama en sus casas o lavar los platos.
"Con eso no estoy de acuerdo, un niño debe saber que hay deberes que no son premiados, pues no son favores. Por eso, los aumentos de las mesadas deberían hacerse como premio, pero por otras cosas, como haber logrado juntar una cantidad específica para ahorrar, o demostrar que se pudo administrar bien", dice la educadora y psicóloga sobre este sensible punto.