Un cuerpo completo con ropa fue encontrado enterrado por la Brigada de Homicidios de la PDI en las cercanías de Poconchile, a 28 kilómetros de Arica. Un caso que se ha convertido en un enigma policial.
Lo que llamó la atención es que a pocos centímetros de las osamentas se hallaron en dos bolsas 6 envases de jugos "kapo", (tres vacíos y tres llenos), elaborados el año 1996, según su fecha de rotulado.
El cuerpo fue hallado, el 27 de mayo,después de escarbar con palas el área donde trabajadores que hacían limpieza hallaron el cráneo; allí los detectives encontraron el resto del cuerpo, en posición decúbito dorsal, a unos 30 cms. de profundidad.
Las extremidades inferiores estaban vestidas con un pantalón de tela y zapatos de cuero; en tanto, el tronco se encontraba cubierto de malezas y restos de lo que pudo ser un chaleco de lana.
El jefe de la Brigada de Homicidios, comisario Carlos Bartheld, indicó que, de acuerdo a sus características morfológicas externas, se trataría de una persona de sexo masculino de aproximadamente un metro y medio de estatura, "sin embargo, esto deberá determinarlo bien el análisis del Servicio Médico Legal, que levantó íntegramente los restos y especies encontradas, por instrucciones del fiscal Elías González".
Qué más se encontró
Entre las pertenencias del fallecido había monedas de $100 y $10 cubiertas con una tupida pátina que dificultaban su lectura, además de un trozo de metal que correspondería a llaves que se habrían fundido con el óxido, a través del tiempo.
También se encontró un jockey y un parche suelto de color rojo con dos jugadores de béisbol y la leyenda "Two Players - By Jayson - Wearing Sistem".
"En esta etapa de la investigación estamos abocados a realizar diligencias que nos permitan dar con la identidad de esta persona. Para ello, entre otros procedimientos, estamos constatando las denuncias por presunta desgracia de hace 20 años, que puedan estar relacionadas con este caso", dijo el jefe de la BH.
Existe la posibilidad que la víctima tenga origen tanto chileno como extranjero, puesto que en el valle de Lluta existe un tránsito frecuente de bolivianos y peruanos, principalmente.
"Una llamada directa al 134 de la PDI nos permitió llegar rápidamente al sitio del suceso junto a peritos del Laboratorio de Criminalística; descubrir lo que faltaba y entregar nosotros mismos la información al fiscal, lo que del punto de vista de la investigación es muy bueno, porque nos da la seguridad de trabajar desde el principio una evidencia".