Según cree la psicóloga y directora ejecutiva de la consultora Human Search, Andrea Larach, la fuga de talentos puede generar una serie de consecuencias negativas en una compañía, sobre todo si se da en forma repentina y abrupta.

Por eso asegura que es imprescindible que toda empresa contribuya a elevar los niveles de compromiso e identificación de sus colaboradores con ella, en especial de aquellos que resultan fundamentales en las diferentes áreas.

El desafío se puede alcanzar teniendo en cuenta factores como el respeto a la labor que desarrollan, la RSE y disponer de una infraestructura adecuada.

Estudios internacionales aseguran que un colaborador feliz con su trabajo incrementa en un 80% la productividad de la compañía empleadora.

Según Gabriel Furman, Filósofo, Coach y Especialista en Psicología Positiva Aplicada, dice que "está comprobado científicamente que un trabajador contento, capacitado, estimulado, en un clima laboral positivo, mejora la eficiencia, disminuye el ausentismo y aumenta el compromiso logrando incluso tomar nuevos desafíos y esto deriva en el éxito de una organización, pero lo más importante él es feliz, mejorando incluso su salud".

Las entrevistas de trabajo son sin duda un momento de tensión para cualquier postulante a un nuevo empleo, por lo que es fundamental prepararse lo mejor posible. Sin embargo, para eso hay que tener un especial cuidado con las preguntas que se suelen hacer en estas instancias.

Durante este proceso, las preguntas difíciles no son aleatorias, sino que están pensadas especialmente para determinar si el postulante va a encajar con el puesto de trabajo, con la cultura de la compañía y con el estilo de liderazgo de su potencial nuevo jefe.

Por eso hay que tener presente que la sinceridad es fundamental; sin embargo es conveniente que los candidatos conozcan una serie de interrogantes que son habituales y que vayan prevenidos a la hora de responder, evitando quedarse en blanco o contestar algo que los pueda perjudicar.

Andrea Abella, de la consultora Recursos Humanos Randstad, dice que hay cinco preguntas que pueden resultar complicadas como por ejemplo ¿cuáles son tus debilidades? "A nadie le gusta admitir que tiene debilidades y todavía menos delante de su posible futuro jefe, pero negarlas no es la opción correcta. Demostrar capacidad de crítica y autoconocimiento es siempre positivo. Nunca afirmar: No tengo ninguna debilidad", dice.

Asimismo, la pregunta ¿qué es lo que menos te gustaba de tu otro trabajo? suele ser compleja y hay que tener especial cuidado en no insultar al jefe anterior o menospreciar a la empresa. "En vez de eso, hay que centrar las objeciones en la ausencia de aquello que buscabas para tu futuro profesional y decir: Necesitaba nuevos retos que me permitiesen alcanzar metas más altas en el mediano plazo".

Rescatar lo bueno

Ahora cuando la pregunta apunta a indagar un periodo sin actividad laboral, lo ideal es "no sentirse incómodo, ya que haber estado desempleado durante un tiempo no es tan inusual, e incluso puedes sacar partido de ello remarcando los cursos o colaboraciones que realizaste durante ese lapso", afirma la experta.

Ahora para contestar otras preguntas complejas como ¿por qué deberíamos contratarte? lo ideal es no tener miedo de decir que, sinceramente, crees que eres la mejor persona para desempeñar este trabajo. "Sin exagerar, céntrate en resaltar las características que te diferencian de los demás", aconsejó Abella.

También los expertos recomiendan que cuando pregunten alguna duda, idealmente se debe hacer una pregunta informada sobre la compañía.