N o todos los días se cumplen 100 años y por eso los familiares de Juana Choque de Montes, tiraron la casa por la ventana para celebrarlo, no una vez, si no que con repetición y con familiares que llegaron de todo Chile y, también, de Brasil y Suiza.

Nacida en 1916 en el interior de la provincia de Parinacota, se crió en el altiplano, donde ya joven se casó con el trabajador ferroviario Pablo Montes Gutiérrez, afincándose en la localidad de Alcérreca, en la comuna de General Lagos.

Hace 77 años llegó a Arica junto a su esposo y sus cuatro hijos, aunque luego la familia se agrandaría a 7 hermanos, que hoy le han dado a Juanita más de 25 nietos y otros cuantos bisnietos, donde agradece al Supremo -como fervorosa creyente y parte de la iglesia Evangélica- de poder estar con ellos, verlos reír y crecer.

Juanita, aunque no se crea, está lúcida y, más encima, goza de una salud envidiable, ya que en estos 100 años sólo unos síntomas gástricos y los marcapasos que le han implantado por problemas al corazón, han sido sus grandes molestias.

De hecho y antes de profundizar en su vida nos entregó algunos secretos para esa "eterna juventud" que ha motivado a historiadores y escritores en un sinnúmero de fantasías. "Como solamente verduras. Mucha acelga, espinacas, repollo, coliflor, zanahorias, porotos verdes y alverjas", confesó.

Y ojo en este consejo para las féminas, "de carne nada, solamente el juguito". También aclaró, importante, "que nada de fideos ni arroz".

Comerciante

Pero qué hizo la señora Juanita en estos 100 años.

Ella dijo que tras casarse y tener hijos, comenzó trabajando en una chacra, "donde no sabía nada, pero partí de a poco, luego lo hice en el antiguo Matadero. Posteriormente vi que a mi esposo no le alcanzaba el sueldo y decidí trabajar como comerciante, luego de instalarnos a vivir en calle Baquedano con Yungay, cuando Arica era pequeñito y llegaba hasta el cementerio. Trabajé años llevando mercadería hasta Santiago. A mí no me gusta que me presten plata y tampoco prestar. No me gustan ni las fiestas ni los amigos, solamente estar con la familia", aseguró.

Por lo mismo esos años de trabajo y sacrificios hacen que esta celebración sea motivante.

"Para mí lo más importante es ver a mis hijos educados y trabajando. Eso es lo mejor de todo", agregó Juanita, la que ayer celebraba nuevamente sus cien años en la casa de sus hijos, con un asado familiar, pues el sábado lo hizo en grande en una casa de Azapa, donde también llegó un canal nacional que realizó un reportaje a propósito de su centenario.

Sobre los recuerdos de Arica de antaño, Juanita Choque dijo tener las remembranzas de la época dorada.

"Me acuerdo del Puerto Libre y de cómo era la ciudad, que era más pequeña, aunque sabía que algún día crecería y llegaría a ser tan grande como ahora. También en esos años se ganaba poco, pero todo era más barato gracias al puerto", aseveró.

Solo dios sabe

Cauta y muy sabia, por lo demás, Juanita no se inquieta con la consulta si le gustaría seguir celebrando más cumpleaños. Con esa sabiduría de los ancianos aclaró que, "quizás eso sólo el Señor lo sabe y uno no sabe hasta cuando vive, puede hasta mañana. Estoy a lo que Dios mande y si Dios dice que tengo que pagar mis deudas en la tierra, hay que seguir".

Para esta longeva mujer ariqueña la vida tampoco ha estado exentas de sufrimientos y, más que eso, dolor.

"Sufrí la pérdida de un hijo, casi me volví loca por la muerte de él, fue un sufrimiento, pero gracias a Dios pude reponerme", resaltó.

Juanita develó también que centró su vida en la crianza de sus hijos, aunque fuera como dirían hoy "a la antigua".

"No me gustaba el teatro, el cine ni nada, solamente estar con mis hijos a quienes por casualidad no los dejaba salir a la calle, ya que trabajé para criarlos y darles educación para que no fueran mañosos", así de clarita.

Celebración

Uno de los hijos de Juanita Choque, explicó que la celebración la estuvieron organizando desde hace tres celebraciones atrás. "El cumpleaños del 2015 decidimos organizar una gran celebración, por lo que tratamos de reunir a todos los familiares. Es así que llegaron desde varias ciudades de Chile y de Brasil y Portugal, donde algunos debieron pedir sus vacaciones anticipadas para estar en esta emblemática celebración para conmemorar los 100 años de mi madre. Esto se organizó para que todos calzáramos", manifestó su hijo Víctor Montes.