Limpieza del río San José
De acuerdo al informe dado a conocer por la Municipalidad de Arica, fueron varias las toneladas de basura que se lograron extraer desde el lecho seco del Río San José luego del operativo realizado durante el último fin de semana. Más allá de los números, cualquier cuantificación de los resultados de este trabajo, parecería quedar corta, ante el espectáculo de desorden e inmundicia que ofrece el cauce, hoy sin agua, de este curso fluvial que atraviesa la ciudad.
Los esfuerzos realizados por los voluntarios que trabajaron en este operativo de limpieza quedaron plasmados ya sea a la vista de los vecinos o los informes de prensa. No fue un trabajo menor, debido a la magnitud del maltrato y contaminación que se ve en este sector. Fue más de un millar de manos las que se unieron en esta iniciativa de múltiples alcances.
No se trata sólo de embellecer lugares específicos de la ciudad. Tampoco se trata del simple hecho de reducir basuras u olores. Hay objetivos mucho más trascendentes.
Uno de ellos es hacer de Arica una ciudad decente a la vista de los turistas, quienes deben llevarse una pésima impresión cada año, debido a lo sucio del lecho del río San José.
Una situación que se agrava cada año en que el río baja a Chinchorro. La basura irresponsablemente depositada en el cauce termina en el mar, cerrando así el peor de los panoramas para una ciudad que busca instalarse como una gran alternativa para los visitantes veraniegos.
A eso, se debe sumar el deber que tiene Arica de transformarse en una ciudad que acoja el santuario de las tortugas marinas. Lejos de contribuir a su cuidado y protección, la basura que llega al mar junto a la crecida del Río San José, se transforma en un poderoso perjuicio para estos animales.
Al final el acto "tan simple" que significa dejar basuras y escombros en el río, puede terminar matando aquello por lo que Arica lucha y trabaja, ensuciando su sello y personalidad.
Es de esperar que estas consideraciones alguna vez estén en quienes no respetan el medio ambiente y sin escrúpulo alguno, proyectan su inmundicia al lecho del San José.