El jinete que llegó a la ciudad dorada y se quedó para siempre
Al cumplirse otro año más del hipódromo, Jorge Salvo recuerda los años de gloria del recinto ariqueño.
El destino quiso que Jorge Salvo Cádiz, llegara a Arica el año 1964 para correr como jinete en el Hipódromo Arica durante la época de oro de aquel recinto de memorables jornadas hípicas.
Y cuando el hipódromo ya cumplió un nuevo año de existencia, aunque en condiciones muy diferentes a los años dorados de Arica, Jorge Salvo recuerda con cariño esos años porque significaron mucho para la ciudad y en lo particular para él.
Esto se debió a que el ex jinete conoció en el hipódromo a quien es su esposa, Bélgica Gárate, con quien tiene 5 hijos, 14 nietos, y 5 bisnietos.
De paso
"Llegué a Arica el 27 de septiembre de 1964 para correr en el hipódromo, sólo para aquella ocasión (nació en Valparaíso), siendo uno de los primeros jinetes en esta ciudad, y llevo 51 años viviendo acá", menciona emocionado.
"Para mí es un orgullo estar casado con una ariqueña y sólo me da pena ver la muerte del hipódromo y ojalá que algún día se pueda ver nuevamente este recinto con actividad constante", acota Salvo.
Asimismo, el ahora ariqueño de corazón, recuerda que en esos años de plena actividad como jinete, el Hipódromo de la ciudad vivió grandes jornadas ecuestres con verdaderos clásicos.
"Acá venían caballos y jinetes de Arequipa para disputar y correr clásicos por los aniversarios de ambas ciudades, y también nosotros íbamos a correr a la bella ciudad peruana", rememora.
Según cuenta era un tiempo en que tanto Arica como Tacna y otras ciudades del sur peruano confraternizaban a través de distintos eventos deportivos.
Uno de esos certámenes eran las carreras de caballos en el hipódromo ariqueño.
Entre los caballos que más recuerda por su calidad y preparación, el ex jinete menciona a "La Gran Bretaña" porque se trataba de ejemplares de fina sangre y raza.
Por último, Jorge Salvo afirma que esta actividad hípica daba un gran impacto económico a la ciudad porque muchos trabajos se generaban en forma directa e indirecta, y contribuía al comercio y turismo local.