Nieto de Drácula pasará el Halloween rezando
La vieja y roñosa puerta del block comienza a tiritar como si se estuviera desatando un sismo de mediana intensidad en Viña del Mar. Pero lo cierto es que nada más se mueve y el temblor, para descanso de todos, es el efecto que causa Branislav Tepes (28) cuando por tercera o cuarta vez intenta colocar una llave en la cerradura.
Los vecinos que observan desde otros pisos tratan de disimular su curiosidad colgando la ropa en el balcón, pero no les funciona. Están demasiado concentrados en la puerta que después de unos cuantos minutos, por fin deja de vibrar.
"Hola, buenas tardes", saluda Branislav. "¿Les costó mucho llegar? ojalá que no. Pasen, hoy hablaremos en mi segundo departamento porque está más ordenado y ahí es más cómodo", agrega, pidiendo que lo sigan hasta el final del primer piso. Ahí se encuentra con otra puerta que puede abrir sin problemas e invita a tomar asiento.
Sus raíces
El joven, que actualmente está haciendo su tesis de Periodismo, es de mediana estatura y tiene los ojos azules. Actualmente luce su cabello rubio bastante corto y mientras se saca el polerón rojo que lleva puesto, explica que vive en el tercer piso del block, pero que en el primero pasa harto tiempo también. En eso, su celular se apaga y se reinicia. "Uh, ya empezaron a pasar cosas raras", comenta riéndose y tocándose el bolsillo.
Ya más distendido, Branislav habla de sus raíces y explica por qué lo llaman el nieto de Drácula. "Bueno, en rigor soy el tataratatara nieto del Conde, pero la historia parte con mi abuelo Alois que nació en 1908, en Hum Na Sutli, actualmente Croacia. En ese tiempo regía el imperio austro húngaro y Vlad Tepes, que es el Conde Drácula, vivía en Rumania, más abajo de Croacia. Europa por entonces era constantemente atacado por los turcos que son musulmanes y que querían impartir el Islam hacia toda Europa. Pero Vlad Tepes, el Conde, defendía su territorio y no quería ser conquistado por los turcos ni por el Islam", relata con emoción.
"Es por eso que Vlad Tepes en la historia se le pone como un personaje tan sanguinario porque fue un guerrero que mató mucha gente. Él en cierta manera controló la entrada de los turcos a Europa y defendió el catolicismo, por eso en Rumania él es considerado como un héroe. Finalmente lo asesinaron", apunta concentrado.
Con la muerte del Conde, los Tepes quedaron a la deriva. "La poca familia que quedó se refugió más hacia arriba, en Croacia y de ahí viene mi nicho, cuando del imperio austro húngaro pasó al yugoslavo. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, esto quedó bajo el mando de Tito y él no quería gente con orígenes reales porque instauró una república socialista y la visión era quitar toda la nobleza. A mi familia la iban a matar porque eran descendientes reales y no querían entregar las tierras", expresa Branislav.
Sangre azul
Con este panorama, los abuelos de Branislav se fueron a Austria. "Y ahí nació mi papá en 1947. En Austria mis abuelos logran rescatar unas monedas de oro de los bienes que tenían y les ofrecieron una nueva vida en Chile. En ese tiempo Chile estaba dando asilo político a toda la gente que el bloque de la Unión Soviética le estaba quitando cosas. Y ahí se vinieron, llegaron a Valparaíso con las monedas, compraron un terreno en el Monte, Talagante y establecen una fábrica de cecinas. Porque era familia real, pero vivían del campo", enfatiza.
Lo curioso de esta historia, es que Branislav asegura que adquirió la "sangre azul" de la realeza y que por eso tiene dones especiales. "Se dice que la realeza tiene poderes sobrenaturales más allá de lo normal, por eso antiguamente se llamaba la sangre azul, pero hoy en día ha habido muchas mezclas y algunos no lo han heredado. Yo sí, porque soy descendiente y si me mezclo con alguien que no es de la realeza, mis hijos o mis nietos pueden que los hereden como puede que no", afirma.
De esos dones, Branislav destaca tres. "Puedo ver mi futuro, como el de otras personas, pero también en el ámbito político o de la naturaleza. También me desdoblo y puedo ver la energía de las personas. Pero lo de desdoblarme no me gusta para nada porque es algo involuntario y siempre que me pasa, tengo miedo de que no pueda volver a mi cuerpo. Una vez estuve una hora así", declara.
Por esta razón, el "don" que más le gusta es el de ver el futuro. "Cuando fue el terremoto de Coquimbo el 16 de septiembre yo lo vi antes y lo anuncié por Facebook. Con el de 2010 me pasó lo mismo... pero, ese lo estuve viendo en sueños desde 2007 y en 2009 se fueron acrecentando los sueños que tenía. De hecho ahí veía a mucha gente ahogada, el mar saliéndose y por eso me animé a hacer un reportaje para advertirlo. Nadie me pescó", lamenta.
- Sí, muchos. Y por eso lo comparo con lo que me pasó en 2010 porque últimamente he tenido muchos sueños en donde veo grandes tragedias con el mar y terremotos. Va a ser aquí en la V Región y abarcará desde Vichuquén y Los Vilos. No pasará mucho tiempo, será pronto, pronto.
Branislav Tepes advierte que la política del país vivirá un desgaste muy fuerte. "Sé que suena medio arriesgado, pero será similar a lo de 1973. Va a haber mucho desempleo, vandalismo, escasez, colas y muchos paros. Será una crisis económica tremenda como no se ha visto en muchos años", manifiesta con seguridad.
Noche de brujas
Branislav está consciente que sus declaraciones son un poco chocantes pero él cree mucho en sus dones. De hecho, por eso tiene miedo del próximo 31 de octubre, en donde se celebra la Noche de Brujas, más conocida como "Halloween".
"Ese día, junto a la noche de San Juan, son los peores para mí. Me la voy a pasar rezando toda la noche porque ese día hay mucha energía negativa en el ambiente. Los hechiceros y los brujos que trabajan con el mal hacen muchos ritos satánicos y me asusta que esa energía llegue a mí, me haga desdoblarme y yo muera así y no pueda volver a mi cuerpo. Es terrible, porque además con los niños disfrazados y todo eso, más se alimenta esa energía", comenta con temor.
En este sentido, Branislav aclara que el Conde Drácula no era "diabólico" como muchos piensan. "El Conde no era diabólico, era creyente y por algo defendía mucho el catolicismo. Por eso yo tampoco estoy ligado al mal y todas las noches duermo con una pequeña luz led para cuidarme. Desdoblarme es algo que no me agrada para nada, porque si bien hablo y veo personas que ya están muertas, esa sensación no la puedo controlar y me lleva donde quiere", declara.
A simple vista, Branislav no tiene nada que lo haga parecer drácula o algo por el estilo, pero el joven destaca un colmillo que tiene montado. "Nunca se me ha caído y esa es una de las características. Además tengo todos los documentos y papeles de mis abuelos que acreditan todo lo que estoy diciendo. Y no me da vergüenza ni me molesta, porque sé que muchos me entienden y creen lo que les hablo", sentenció. J