Chumpitaz: "Ojalá nadie pifie el himno de Chile"
Héctor Chumpitaz, un hombre peruano de 71 años, ostenta uno de los currículums más heroicos del fútbol de su país: disputó las Copas del Mundo de 1970 y 1978 con su selección y, además, se coronó campeón de la Copa América 1975. Es, entonces, un especie de leyenda inca.
Y todo, explica a La Estrella desde su casa en Lima, en un aura de paz. Porque él, un ex zaguero central elegante, siempre ha profesado paz. Y lo hace hoy, a horas de que Chile visite a Perú en Lima por las Clasificatorias en un ambiente con tintes bélicos.
Se trata, opina Chumpitaz, de una visión equivocada del fútbol. Algo que lo tiene sumamente acongojado: "El fútbol es una diversión, una distracción que se le da al pueblo, nada más".
Aclara, eso sí, que Chile es un rival clásico. Y que, como tal, todo Perú quiere ganar. No descarta que algún jugador aguerrido levante la pierna más alto de lo normal. Tampoco que haya intercambio de insultos entre ambos equipos. Pero todo, imagina, o desea más bien, en un ambiente deportivo. "Hay oportunidades en que hay roces, tiene que haber. ¡Pero no podemos pensar que esto es una guerra!", dice Chumpitaz.
- ¡No, no! ¿Qué dice? Yo fui a la despedida de Chamaco Valdés, conozco a Caszely, una vez jugué con Elías Figueroa en una selección de Sudamérica. ¡Tengo amigos chilenos!
Con respeto
A Chile, dice Chumpitaz, el pueblo peruano lo respeta. Dice que se le ve como un equipo poderoso. Que Alexis Sánchez genera admiración. Que Vidal es un jugador de nivel mundial. Y que el título de campeón de América confirma la tesis.
Es, resume, uno de los rivales más duros del momento: "Con los que he conversado, los comentarios son buenos. Chile le ganó a Brasil y claramente, jugando buen fútbol, haciendo buenos goles".
Aún así, el espíritu patriota de Chumpitaz lo obliga a soñar con un triunfo. Es un clásico, dice. Y los clásico son para cualquiera, aclara, citando una máxima inmemorial. Además, Perú necesita con urgencia ir a un mundial. J