El cariño a "Negrito" trascendió la muerte
Era de costumbre verlo caminando por la plaza Colón, con su chaleco que decía PDI, con un paso lento pero seguro.
Su hogar estaba al lado del cine Hoyts, en el edificio Plaza, donde la ex profesora Lucy Cuevas le tenía una acogedora cama y además de darle comida para mascotas también le preparaba su plato favorito: "fideos con carne mechada".
Esta fue la última cena de "Negrito", "Negro", "Tata" o el "Perro de la plaza", ya que el segundo fin de semana de julio vecinos lo encontraron tirado en el pasto en las cercanías de la Gobernación Marítima; un vehículo que se dio a la fuga lo había atropellado.
Homenaje póstumo
Por el gran cariño que generó en las vecinas y los vecinos del casco antiguo, hicieron una colecta para hacerle un homenaje póstumo.
Se realizó una campaña en el edificio plaza, y vecinos de otros sectores del centro se anotaron en una lista en el negocio que está a un costado de la catedral San Marcos para encargarle a un pintor crear un mural en homenaje al perrito.
Milton Mejías, quien es vecino del sector, explicó que lo hicieron porque "siempre andaba en la plaza, lo conocían en todos lados, la gente de calle Morro le daba comida".
El mural se hizo en el lugar donde Milton, junto a su pareja y su prima enterraron a la mascota del centro; "pedimos permiso a los vecinos para el mural y juntamos el dinero".
Este espacio retrata el amor que inspiraba el personaje del espacio urbano, ya que trabajadores del restaurante-bar Mousse, del Daem, del cine Hoyts y del canal Arica Tv, además de los vecinos, lamentaron su trágico accidente que terminó con su muerte, pero no con su recuerdo.
MP, el autor del mural, explicó que fue "gratificante saber que hay personas que aman a sus mascotas y las valoran por lo que dejan en su entorno. Saber que era aquel perrito tan conocido de esa zona y de nuestra ciudad, fue realmente un orgullo poder plasmarlo en ese muro y qué mejor a los pies del Morro".
El famoso de la plaza
El Negrito fue por años un ícono de la plaza Colón, pues quienes la frecuentaban lo recuerdan con cariño y otros con respeto por el cariño que generó.
Fabiola Lillo, trabajadora del cine Hoyts, explicó que era como un "hijo más; era enamorado porque siempre iba a dejar al paradero a una ex compañera; se dejaba querer, era fiel con la gente que lo quería".
Fabiola explicó que entre colegas hacían una cuota voluntaria para que la ex profesora Lucy Cuevas lo bañara y diera alimento; "venía un can móvil porque no le gustaba bañarse, era regalón".
Fabiola explicó que han llegado otros perritos a la plaza, pero no quieren encariñarse, porque no quieren sufrir el destino final del Negrito.
Algunos, trabajadores del edificio Plaza, explicaron que el perrito les ladraba, "pero no era porque nosotros le tuviéramos mala o le hubiéramos hecho algo".
Tanto la dueña del Mousse, como el vendedor del kiosco rojo de 7 de Junio con Arteaga fueron partícipes del cuidado de Negrito, pero quien más se dedicó a sus cuidados y cariño fue la profesora jubilada Lucy Cuevas, quien sufrió bastante con su partida y siempre cuida su animita perruna. J