Mitos y verdades sobre la práctica del reiki
Hace un par de días una buena amiga me comentó sobre un seminario de reiki que se llevaría a cabo en Valparaíso y si sería posible hacer una nota al respecto.
La verdad es que de Reiki no conocía mucho así que para poder hacer una nota con propiedad respecto al tema lo mejor era vivir una sesión.
La misma amiga me contactó con quien dictaría el seminario, quien a la vez realiza sesiones de Reiki en forma constante en su consulta.
Acordamos la cita a las 10.30 de la mañana de un día de semana. Como de costumbre las mañanas son algo caóticas en mi casa, y tras recoger algunas cosas desde mi escritorio comencé a caminar (correr) para llegar a tiempo a mi cita.
Llego a una pequeña oficina donde a través de una radio se escuchan ríos y pájaros, y en el ambiente se huele un agradable y tenue aroma a incienso.
Como es costumbre me presento y me dispongo a sacar la libreta y grabadora para comenzar la entrevista. Margarita Quiñones, mi entrevistada, me dice: "primero reiki, después conversamos".
Sin darme cuenta estoy boca arriba de una camilla, sin zapatos y tapado con una frazada hasta el pecho. Margarita me dice que me relaje y que comience a respirar: inhalar por la nariz y exhalar por la boca, "hasta que puedas sentir tu energía".
Trato de poner mi mente en blanco y por momentos lo logro. Mientras suena una caída de agua y pájaros a mi alrededor, voy sintiendo que lentamente me voy durmiendo, sin perder la conciencia.
Percibo cómo las manos de Margarita van recorriendo distintos puntos de mi cuerpo y cada vez que pasan por algún lugar el calor se hace más intenso.
Luego de aproximadamente 40 minutos la sesión parece haber finalizado. Abro los ojos y me siento relajado, un poco más liviano y queriendo saber qué es lo que acaba de ocurrir.
"Acabamos de vivir una sesión de reiki en donde podemos observar las energías, sus movimientos y su sentir. Se pueden ver de distintos colores", me aclaró Margarita.
"El reiki nos sirve para mirarnos desde adentro, buscar el origen de lo que nos pasa. Muchas veces nuestro cuerpo físico se manifiesta por algo que nos ocurrió hace algún tiempo y a veces es necesario ir a ese lugar para describir lo que nos pasó. El reiki puede ayudar a eso", agregó Margarita, quien es terapeuta especialista en Reiki tibetano.
El reiki, a través de la meditación sirve en muchos casos como terapia complementaria, por ejemplo, a tratamientos psicológicos.
"Muchas veces he trabajado con una psicóloga que trata a pacientes y me comenta que en algunas oportunidades hay lugares en donde ella no puede acceder. En esos casos entra el reiki, en donde el paciente pueda llegar a reconocerse a sí mismo como una forma de energía y así descubrir, mediante él, lo que está ocurriendo a través de la meditación que es la herramienta del reiki. El reiki es un viaje un proceso de meditación", señaló la terapeuta.
LA ENERGÍA
El reiki funciona a través de la energía, la cual en India recibe el nombre de prana, chi en China y reiki en Japón.
"Yo le trato de enseñar a las personas que sean conscientes de que somos energía, que este cuerpo es un vehículo y que la mente es funcionamiento, pero cuando nosotros desencarnamos o morimos nuestra energía trasciende", agregó Margarita Quiñones.
CHAKRAS
Margarita señala que la gente hoy en día tiene un concepto errado de lo que significa el reiki. "La gente piensa que en una sesión de reiki le van a alinear los chakras, a destapar o tapar los chakras; eso no existe y es falso", señaló la terapeuta.
En oriente se utilizan complejas imágenes para el estudio de los siete chakras principales del cuerpo (muladhara, svaldhistana, manipura, anahata, visuddha, ajna y sahasrara), los cuales se ubican desde la cabeza hasta la zona de la pelvis. Sin embargo hay otros chakras que se encuentran en las manos, los pies, las rodillas que también están activos.
"Los chakras son ruedas de energía. Se forman a través de los filamentos de energía que recorren nuestro cuerpo que se llaman navis. Cuando estos filamentos se entrecruzan y pasan por un mismo lugar forman un campo energético, el cual conocemos como chakra", señaló la terapeuta Margarita Quiñones.
La especialista señala que en Occidente tratamos de entender lo que es esta terapia con las manos, pero que en Oriente, en especial China y Japón, esta práctica se les enseña a los niños desde muy pequeños. "Es cosa de ver Dragon Ball y cómo sus personajes hacen uso de la energía que poseen o como ellos le llaman el ki. Nosotros tratamos de incorporarnos a un estilo de vida que no es de nosotros ya veces se cometen errores a tal grado que a veces la gente hace reiki porque piensa que se tiene que sacar los malos espíritus o porque tiene que alinear los chakras. Son conceptos que se han distorsionado con el tiempo", señaló Quiñones.
Agregó que "a la gente hay que enseñarle, pero no siendo bruscos. La gente que piensa que los chakras se alinean van a saber cómo es el reiki realmente. Yo no soy nadie para criticar a las personas que entienden mal el concepto".
El reiki como terapia sirve según quienes lo practican para combatir un serie de males mentales y físicos que hoy en día afectan a la sociedad. Problemas musculares, quistes, dolores de husos, así como asma, depresión pánico escénico, entre otros son los males que se pueden combatir con el reiki.
"No es algo milagroso, hay que creer, conectarse, conocerse y estar consciente de lo que se está haciendo", señaló la terapeuta, quien recomienda que una persona que quiera acercarse al mundo del reiki puede hacerlo, según su visión, en tres sesiones.
"Yo recomiendo tres sesiones, porque en la primera la gente se pone algo nerviosa y no sabe a lo que se está enfrentando. La segunda sesión la persona ya tiene más confianza y en la tercera se pueden tratar las afecciones", señaló Quiñones.
La mujer que hace más de 30 años se dedica a trabajar la terapia del reiki (ver recuadro) señala que su deseo es enseñar esta terapia milenaria a la mayor cantidad de gente posible. J