Los recintos deportivos administrados por la Municipalidad presentan daños visibles en su estructura. De los tres existentes, ninguno se puede decir que está perfecto.

En el gimnasio de la Villa Pedro Lagos el tema de las palomas también es un problema, sobre todo a la hora de evitar su tránsito por el interior del recinto deportivo, ya que las mallas de fierro que alguna vez fueron instaladas para evitar que ingresen las aves se encuentran oxidadas y no sirven para nada más que demostrar el estado de abandono en el que se encuentra el complejo.

A los fierros oxidados se suman la falta de cerámica en los baños, lo cual podría producir más de un accidente en los atletas que ocupan el lugar.

Y si bien hace cerca de 10 meses que fueron instalados los nuevos administradores de los gimnasios municipales, hasta el momento los arreglos han sido muy pocos, incluso nulos, afirman los propios cuidadores.

Augusto Zubiri

En el gimnasio Augusto Zubiri (Epicentro 1) la situación no es tan alejada de los otros dos recintos administrados por la Municipalidad y si bien su estructura se nota dañada, se suma a ello la pintura en mal estado y, lo que más llama la atención en este recinto son los arreglos chasquillas que se han desarrollado.

Con solo recorrer por fuera los recintos deportivos municipales uno se puede dar cuenta visualmente de los deterioros que sufren.

A la falta de pintura se suman los fierros oxidados, los baños con ciertas fallas en la cerámica y tazas, cañerías sin duchas, rejas rotas por el oxido, techos en pésimo estado y además de esto uno de los recintos más usados para el desarrollo del deporte tiene una malla Raschel en su cielo que soporta el peso de la feca de las palomas.

Ni soñar con duchas

Si bien en verano no hay problemas con el chorro de agua fría que cae desde las cañerías y refresca a sus usuarios, en invierno los deportistas sufren con el frío y el problema de las duchas en mal estado es traspasado al administrador del recinto municipal deportivo. J