Del asalto del 7 de Junio a la semana ariqueña
Ciento treinta y cinco años han pasado desde que el ejército chileno logró izar la bandera nacional sobre el Morro. El acto es desde entonces motivo de júbilo y de celebración.
¿Cómo recuerdan los ariqueños la fiesta que se celebra cada 7 de Junio.
por allá en los años 60s
Cuando don Ernesto Cerda era todavía un estudiante adolescente, "Arica era bien pequeñito". La calle Benjamín Vicuña Mackenna era el límite de ese costado de la ciudad, así como el Hospital San Juan, el hoy Juan Noé, era lo más alejado por el occidente y el corregimiento Rancagua era el final de la ciudad por el norte.
Antiguamente, en la Población Arica había un estadio, que se extendía varias cuadras. La alegoría tenía entonces lugar allí, en ese estadio que agrupaba la comunidad, a los que llegaban de más lejos.
Pero los vecinos que vivían en la casas de alrededor, como la familia de don Ernesto, se subían al tejado a ver desde allí el espectáculo.
Igual que ahora, el show estaba a cargo de la guarnición de Arica. "Siempre ha habido una gran conexión en esas actividades entre los militares y los civiles". Finalmente es un orgullo para todos.
En el tiempo que don Ernesto era estudiante de primaria, a todos los niños de las escuelas los llevaban al Morro en tren.
El ferrocarril pasaba por la calle Chacabuco y subía a la cima. Una vez en lo más alto de la ciudad, el acto conmemorativo finalizaba con el cambio de la bandera de Chile por otra nueva.
Al bajar, era ineludible la misa en La Catedral San Marcos, en honor a los caídos en la guerra. Luego se hacía el desfile en La Rambla, "cuando el mar llegaba hasta allí, recuerda don Ernesto.
"Ese es el recuerdo que tengo del 7 de junio".
Entre el 80 y el dos mil
Cuando Hernán Sudy llegó a Arica, ya era médico. Con el tiempo se hizo escritor de obras teatrales y literarias, además de profesor de la Universidad.
Con todos esos antecedentes, no fue desatinado encargarle la preparación de la alegoría que se presentaría en el Centenario del Asalto y Toma del Morro.
En 1980 se haría por primera vez la escenificación de la Batalla en la cima del Morro. "Eran 20 mil personas viento el espectáculo, dice Sudy.
El doctor cuenta que más de 600 personas participaron en la obra teatral y que fueron seis meses de ensayo: "trabajando cuadro a cuadro para luego hacer la compaginación final". Su idea fue hacer una alegoría que durara 55 minutos, los mismos que tardó el Batallón Cuarto de Línea para tomarse los fuertes del ejército peruano.
El médico, escritor y profesor lideró la alegoría durante los siguientes 20 años. Cada noche del 6 de junio, luego de la alegoría, se ponía de nuevo la bandera chilena. Así cada 7 de junio, Arica recuerda que es una ciudad de Chile.
la semana ariqueña hoy
Eduardo Jiménez, un joven de 26 años, dice que sus padres lo han celebrado con asados, mientras que en la calle, al pie del Morro están Las Ramadas, donde hay juegos, pesca milagrosa de peces de plástico; locales de comida con lo típico del Chile "nortino": empanadas, anticuchos, sopaipillas, yoguis, asados "alcohol", también locales bailables.
Lo que más espera Eduardo es el show del 7 de junio, el de los juegos pirotécnicos y las presentaciones artísticas musicales.
Eduardo reconoce que el 7 de junio es una fecha netamente ariqueña. "Desde el colegio le dan énfasis a lo que se conmemora con cierto grado de patriotismo, y no con respecto a Chile, sino respecto al Ariqueño, dado que la misma ciudad ha tenido un sentimiento de abandono generalizado por parte del Gobierno".
En conmemoración de la batalla, lo que era cosa de dos días, hoy es de toda una semana y da hasta para actividades en todo el mes. Pero más que una conmemoración, es una fecha en la que los ariqueños, se sienten más ariqueños. J