Loteos y venta de predios en los valles
He seguido con interés las publicaciones, noticias y comentarios que se han vertido sobre el tema de los Loteos de los Valles de Azapa y Lluta, en particular el publicado el sábado 23, que se refiere a la vulneración de leyes y las correspondientes sanciones y castigos que deben recaer sobre los infractores, vendedores y compradores.
Al respecto, más que opinar sobre esta mirada coercitiva del problema (que no lo resuelve), deseo expresar un enfoque diferente, basado en otras leyes, en las del mercado que asigna recursos y regula la producción de bienes y servicios, un enfoque que en mi opinión, apunta al corazón del problema y por ende, a su solución real.
En mi concepto, el verdadero problema no es el incumplimiento de la ley por parte de vendedores y compradores de predios, puesto que aun cumpliendo la ley, es decir, transar Lotes de 5.000 m2, no se resuelve la pretendida protección de los suelos agrícolas y tampoco el déficits de terrenos para fines habitacionales, toda vez que nadie compra 5.000 m2 para fines agrícolas debido a la escasez de agua para regadío y por economía a escala, sino que para destinarlo a parcelas de agrado y casaquintas con piscinas, jardines, prados, quinchos, etc., lo que hoy ocurre con gran parte de los predios de 5.000 m2 en Azapa.
Del punto de vista habitacional, los predios se concentrarán en unos pocos, los que tienen la capacidad de pagar 100-150 millones por 0,5 ha., en desmedro de un numeroso grupo de ariqueños que como consecuencia de un mayor desarrollo económico de la Región, tienen mayores expectativas y buscan mejorar su calidad de vida desplazándose a sectores suburbanos de mayor plusvalía, en nuestro caso, a la parte baja de los valles.
Por otra parte, más que un patrimonio natural, el Valle de Azapa es patrimonio de sus titulares, que ven con legítima preocupación, como sus tierras se desvalorizan como consecuencia del permanente y creciente déficit del recurso hídrico, que afecta la productividad de la agricultura, razón por la cual, están dispuestos a vender antes de asumir mayores pérdidas. Eso explica la presencia de Semilleras, las talas de olivos y la compra de terrenos para fines habitacionales, dentro o fuera de las 0,5 Has. Aquí no hay especuladores inescrupulosos que manejan información privilegiada. Lo que hay son agricultores que legítimamente buscan opciones más rentables para sus inversiones.
Entonces tenemos un mercado (oferentes y demandantes) que empujan hacia la misma dirección en busca de un sano equilibrio, y lo que corresponde es que la autoridad se haga cargo de esta situación, propendiendo a soluciones armónicas y consistentes con el recurso hídrico para proteger la agricultura, armónico con los intereses de los propietarios de las tierras y del mercado inmobiliario que debe velar por el crecimiento de la ciudad y armónico con el cumplimiento de normas legales.
Para eso existen los instrumentos de planificación territorial de largo plazo, específicamente los Planos Reguladores Comunales que la autoridad debe aplicar para resolver estos problemas, compatibilizando los intereses de la comunidad, especialmente los vinculados con el crecimiento y desarrollo de la ciudad de Arica y de la Región como un todo.
Así funciona el mundo y la economía y así se desarrollan los países y las grandes ciudades.
Patricio Negrón Ríos