Alcohol y menores de edad
Las imágenes de botellas y latas de bebidas alcohólicas esparcidas en espacios públicos, especialmente después de fines de semana, se han terminado por convertir en un tema recurrente de denuncia vecinal, como de atención por parte de medios y autoridades. Es simplemente el reflejo de los estilos que hoy se dan junto con la diversión, problema que se hace mucho más preocupante cuando se trata de jóvenes y adolescentes.
El consumo de alcohol entre menores presenta aumentos preocupantes en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según informó esta semana la misma OCDE. El estudio, en general, muestra que entre 1992 y 2013, el uso de bebidas alcohólicas se redujo en un 2,5%, sin embargo, a partir del nuevo siglo y la década del año 2000, aumentó la proporción de menores de 15 años que beben hasta emborracharse. La pasada década presentó un incremento en la cantidad de menores que probaron bebidas alcohólicas. La mayor proporción correspondió a mujeres.
El alcohol junto al tabaco, son consideradas drogas que han ganado espacios importantes entre los jóvenes, en especial entre menores de edad, tal como lo muestran las estadísticas. El inicio en su consumo no sólo preocupa, sino que debería motivar a que la sociedad en general ponga especial atención a estos fenómenos.
Y es que a pesar de los impuestos en el caso del tabaco, por ejemplo, hoy sigue siendo frecuente observar a escolares fumando en espacios públicos. Y si se trata de la bebida, no sólo los espacios públicos evidencian el consumo irresponsable y la poca fiscalización, sino que también el comportamiento en grupo de jóvenes, cada vez de más corta edad, da cuenta de la participación que tiene el consumo de alcohol.
Se trata de una escalada que preocupa e inquieta a la sociedad en general. Y es que aún con mayores restricciones, el acceso de jóvenes y menores de edad a las bebidas alcohólicas no disminuye. No se trata sólo de una tarea del Estado, sino que de un problema que deben atender y en especial, anticipar las familias.