Sandra Erices Bravo (35) está consciente de que lo que hizo la madrugada del sábado 26 de mayo de 2013, no estuvo para nada bien.
Esa vez, la mujer, junto a su pareja, protagonizaron un violento asalto en donde golpearon con una piedra a un taxista, a quien dejaron inconsciente antes de llegar a la esquina de calles Las Brisas con Las Acacias.
Y si bien en la formalización de cargos en contra suya y su acompañante, la mujer alegó que había sido una riña entre ellos y el chofer, el tribunal los derivó a Acha, para luego ser condenados a 18 años de presidio efectivo, algo que ella dice que es una pena muy alta, "para alguien que no tiene antecedentes penales y que ni siquiera había pisado la cárcel".
Por lo mismo, desde el 28 de marzo último inició una huelga de hambre, la que radicalizó días después, cuando optó por suturarse la boca.
"Hago esto, porque no he sido escuchada y considero injusta esta condena a una persona primeriza en un delito y no teniendo antecedentes", relató a través de una carta. "Tengo 4 hijos, todos menores, de excelentes promedios, los que cada vez que vienen, lloran al saber que no pueden crecer a mi lado. No tengo conocimientos de leyes, pero creo entender que esa vez, mi abogada omitió varias pruebas a mi favor", dijo.
MONITOREO
Desde el Complejo Penitenciario de Acha, el teniente coronel Alex Miranda, jefe del recinto, confirmó el hecho, agregando que la interna manifestó no haber recibido respuesta del tribunal respecto a la solicitud de reabrir su caso y poder optar a una condena más baja establecida.
"Como institución debemos velar por la seguridad e integridad física de las personas y que en ese contexto, ante la acción de la interna, desde el primer día existe un monitoreo de parte de nuestro personal, registrándose el peso y las condiciones generales de su estado de salud, con el objetivo de poder detectar alguna descompensación. Hasta hoy, la interna ha bajado 4 kilos y se mantiene estable, ingiriendo alimentos líquidos", informó. J