Los graves problemas económicos que atraviesa el Parma de Cristóbal Jorquera han obligado ya a suspender dos partidos del Calcio, pero la incertidumbre de lo que ocurrirá en las próximas jornadas está sacudiendo el campeonato de fútbol italiano.
Después de la suspensión del encuentro contra el Udinese de la pasada jornada, la Federación italiana de Fútbol (FIGC) volvió a disponer la cancelación del próximo encuentro contra el Genoa, pero ahora la pregunta es qué pasará con las próximas citas si no llega el dinero para salvar al club.
El diario "La Gazzetta dello Sport" tituló ayer en portada: "Han destrozado el campeonato". Aunque algunos piensan que lo que está ocurriendo con el Parma no influye en la marcha de la competición, la realidad es que un equipo que comenzó la temporada "ya no existe", asegura el rotativo.
El calvario del Parma que comenzó en 2003 cuando su propietario el empresario y presidente del grupo Parmalat, Calisto Tanzi, fue condenado por fraude empresarial y bancarrota, después ha pasado por varias manos y ha visto negada la licencia para jugar en Europa por sus deudas.
Además el pasado diciembre el equipo emiliano fue amonestado con un punto menos durante todo el torneo de Serie A y dos meses de suspensión a su presidente Tommaso Ghirardi y su administrador delegado Pietro Leonardi por no pagar el IRPF de algunos fichajes.
INSÓLITO PRECIO
Ghirardi acuciado por las deudas decidió deshacerse del club y lo vendió al precio simbólico de 1 euro a Giampietro Manetti, que prometió inyectar dinero que aún no ha llegado.
Manetti protagonizaba ayer un esperpéntico paseo por el centro de Parma de filial en filial bancaria asegurando a los medios que le seguían que no conseguía que le transfirieran el dinero desde el extranjero a su cuenta, mientras que los aficionados le gritaban a su paso: "Vete ladrón" o "no queremos más mentiras".
El presidente de la Liga, Maurizio Beretta, asegura que "existe la esperanza de que el Parma llegue al final del campeonato", pero la situación del club que arrastra una deuda de unos 200 millones no deja demasiado márgenes de salvación.
El capitán del Parma, Alessandro Lucarelli, a sus 37 años, había asegurado que la plantilla no saldría al campo este fin de semana ante esta situación en la que se sienten "traicionados". Los empleados y jugadores no reciben el sueldo desde hace meses y un exjugador del equipo, el argentino Hernán Crespo, desveló que no hay ni agua caliente en los vestuarios del campo de entrenamiento y que los futbolistas se tienen que llevar las camisetas a lavar a casa, así como tampoco hay dinero para los desplazamientos. J