El momento de la clase política
El crítico momento que vive la clase política en nuestro país se encontró con una frase del presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, quien dijo esta semana que "hoy ser político es una degradación". El diputado, de esta manera, reconoció los resultados el "termómetro" popular que se hizo sentir con especial claridad durante el Festival de Viña del Mar.
Y es que durante las primeras noches de festival, los humoristas de turno se encargaron de repasar la actualidad política nacional con chistes e ironías que más que risas, terminaron por sacar pifias y reprobaciones de los asistentes a la Quinta Vergara. Menciones a personajes y hechos de la actualidad nacional dieron cuenta del rechazo con el que la ciudadanía reacciona hoy cuando se habla de política.
Es por eso que Andrade reconoció que la clase política ha llegado a convertirse en tema para trivialidades y que de seguir este curso, los próximos humoristas del festival tendrían que ser los mismos políticos, "y advierto que no se va a reír nadie", sentenció.
En medio de la voluntad expresada por el Gobierno de trabajar en un proyecto transversal que regule la relación que existe entre la política y los negocios, especialmente tras los casos Penta y Caval, aparece el llamado del timonel socialista para hacerse cargo de un problema que no es nuevo, pero que hoy pareciera tomar fuerza y encontrar eco en una ciudadanía cada vez más escéptica de sus líderes.
El nepotismo, la falta de transparencia, los conflictos de intereses, el uso de información privilegiada y de influencias, el lobby y otros tantos temas que han sido asociados a la actividad política y que han sido advertidos por la comunidad, han restado confianza a grados críticos.
Es por eso que hoy es necesario que, junto a un trabajo legislativo en torno a estos problemas, exista una plena convicción y compromiso en los actores nacionales para poder volcar la impresión negativa que en estos momentos la clase política ha estado entregando al país, y que se ha expresado, especialmente, mediante la baja participación electoral.