Martes de Challa: pedir se ha dicho
Ayer se agradeció y pidió a la Pachamama por diversas necesidades, inquietudes y sueños. parece que varios políticos de Arica están pidiendo que no se enteren que también están involucrados en el caso Penta.
Ayer se agradeció y pidió a la Pachamama por diversas necesidades, inquietudes y sueños. parece que varios políticos de Arica están pidiendo que no se enteren que también están involucrados en el caso Penta.
La Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH) se encargó durante 2014 de analizar la percepción de los vecinos de todo el país ante las catástrofes. Entre los eventos que fueron analizados estuvieron los dos que más han afectado al país en los últimos años: terremotos e incendios forestales, recordando el último gran sismo en el norte y la tragedia que provocó el fuego en Valparaíso.
La investigación que estuvo liderada por el Departamento de Estudios de la AMUCH y entre sus principales conclusiones, mostró que un 62% de la población manifestó que no se siente preparada para enfrentar un terremoto, mientras que 93% dijo que no sabría qué hacer en el caso de un incendio forestal.
Se trata de conclusiones que deben llevar al análisis y en especial al trabajo. No se puede desconocer que nuestro país ha avanzado mucho respecto a la cultura sísmica. Estadísticamente, Chile experimenta un terremoto o un temblor con características de terremoto al menos cada diez años.
Los últimos casos como el terremoto registrado en la zona centro sur de Chile el 27 de febrero de 2010, como los sismos registrados entre Arica e Iquique hace casi un año, volvieron a poner de relieve la importancia de que el país esté preparado. Chile está trabajando en una nueva institucionalidad para enfrentar las emergencias pero fundamentalmente para privilegiar y fortalecer la prevención. Hace sólo unos días, en Arica se realizaron las pruebas de las alarmas de tsunami que fueron instaladas a partir de fines de 2014 y que forman parte de este plan de prevención.
Los resultados de este tipo de estudios deben llevar a mantener la atención sobre un tema que a estas alturas debe ser asumido casi como cotidiano, como es la ocurrencia de sismos de gran magnitud en nuestro país.
Es vital hacer hincapié en la prevención y los planes de emergencia con la participación de los distintos organismos y el trabajo no sólo público, sino que también privado y aún en el hogar. El ideal es que todos sepamos qué hacer y cómo reaccionar ante un terremoto.
Durante la madrugada del viernes 23 de enero se apagó para siempre la voz altisonante y libertina de quien debió ser Premio Nacional de Literatura 2014: Pedro Lemebel.
Mas, ¿podrá la muerte el imposible de acallar la oralidad trasgresora y ventrílocua, de su lengua Maruja? En los oídos de quienes lo conocimos, en persona o a través de sus libros, seguirá repicando para siempre esa voz callejera y desenfadada que, soslayando todo subterfugio, evadiendo todo eufemismo, acostumbraba a decir las verdades por su nombre.
Lemebel se mostraba tal cual era: Un escritor homosexual, marginal y deslenguado, escribiendo desde su particular perspectiva y que, no obstante su asumida condición gay, mostró durante el gobierno militar una hombría de la que pocos "machos" podrían vanagloriarse. Este profesor de arte y cronista descarnado fue uno de los creadores del colectivo de arte "Las Yeguas del Apocalipsis", cuyas performances fueron una abierta exhortación al desacato, en los años de la dictadura.
Ensalzado por Bolaño, quien lo consideraba uno de los mejores escritores chilenos y el mejor poeta de su generación -pese a que no incursionaba mucho en poesía- dicha admiración terminaría acarreándole numerosas envidias al interior de algunos círculos literarios. La prosa de Lemebel fue estudiada por la Universidad de Harvard y la Universidad de Stanford, entre otras, siendo traducido al inglés, alemán, francés e italiano.
Como un triste presagio de lo que sobrevendría, los socios del Club de Lectura "Cuenta Conmigo", elegimos leer una obra suya para comenzar el 2015: "Poco Hombre", libro que recoge algunas de sus crónicas más beligerantes y corrosivas publicadas en el semanario capitalino "The Clinic". Lemebel, provocador como siempre, usó esa despectiva expresión al momento de rotular sus crónicas escogidas. Mismas palabras que durante su niñez y adolescencia debieron dejar "cicatrices de risas en su espalda". "Poco Hombre": un título escueto, conciso. Tan breve, que no alcanza para definir a un escritor enorme.