Alemana de Techo Arica trabajó en campamento de Antofagasta
Amediados de septiembre, casi en plenas Fiestas Patrias, Johanna Merz, una joven alemana de 19 años pisó por primera vez en su vida suelo chileno. El avión que la traía de Alemania -con sus respectivas escalas- aterrizaba en su (casi) destino: Santiago de Chile. Johanna descendió de la aeronave y tuvo que esperar otro rato más para embarcarse en otro avión que la llevaría finalmente a su real destino: Arica. "Fueron demasiadas horas de viaje", dice la alemana. Cuando llegó a Arica -gracias a unos programas interculturales del Ministerio de Educación alemán- Johanna comenzó a trabajar en la organización Techo de la ciudad fronteriza, organismo que la trajo durante una semana a Antofagasta.
IMPACTO
Merz cuenta que fue impactante para ella la primera vez que vio uno de los campamentos de Arica y la forma en que tienen que vivir esas personas. "Allá (en Arica) sólo tienes que cruzar el cauce del río para estar en otra realidad, la de los campamentos. Fue fuerte para mí cuando visité por primera vez ese lugar, ya que en Alemania no se ven campamentos, sólo hay gente pobre y no es mucha", expresa la alemana en medio del campamento "Sofía", ex "Juanita Cruchaga", en el sector alto de Antofagasta, lugar donde estuvo desde el miércoles de la semana pasada hasta ayer. Una opinión bastante similar tiene Johanna del campamento "Sofía", donde junto a otros 30 jóvenes de Techo -de varias ciudades de Chile- construyeron un moderno comedor y baño con torre de agua para la sede social que tienen los cientos de vecinos del sector. "Por lo que he visto, en Antofagasta se crea otra realidad. Las personas de los campamentos viven en la ciudad pero no con la ciudad y eso hay que tratar de cambiarlo", expresa la bella chiquilla mientras descansa luego de pintar parte del exterior del comedor. Johanna cuenta que la realidad de Alemania es diametralmente distinta a la chilena, porque "en Alemania hay gente que no tiene plata, pero todos tienen casa, agua potable y electricidad. Las necesidades básicas siempre están cubiertas.
Acá la gente se ha tenido que venir al cerro a tomarse un espacio para vivir. Lo impactante de Antofagasta es que hay gente que tiene todas las necesidades cubiertas y justo al lado personas que no las tienen".A pesar que la joven alemana está bajo el alero de la organización Techo, deja en claro que "hago este trabajo primeramente para ayudar a la gente. Esa es mi motivación. Junto a mis compañeros de Techo hemos estrechado lazos con los vecinos del campamento 'Sofía' y ellos están muy bien organizados".
REGRESO
Ayer Johanna se devolvió a Arica, ciudad que la acogerá hasta agosto, fecha en que nuevamente tendrá que abordar un avión y regresar a su país.
"Hasta el momento la experiencia en Arica y acá en Antofa ha sido muy bonita y espero contársela a todos cuando regrese", dice Johanna, quien reconoce que lo que más echará de menos del norte será el clima. J