l El Tribunal Oral condenó al empresario Jorge Soto Espinoza por su responsabilidad en el delito de declaración maliciosa de impuesto tras presentar en diversas oportunidades facturas falsificadas a través de las cuales recibió una mayor cantidad de dinero por concepto de devolución de impuestos. Asimismo, se condenó a otras dos personas entre ellos un funcionario municipal, quienes cumplían el rol de facilitar las facturas.

Según informó la Fiscalía se lograron probar los delitos, por lo que Soto Espinoza fue condenado a 2 años de pena remitida y al pago de una multa del 50% de lo defraudado; es decir la suma de $25.887.791. Mientras que Eduardo Gallardo Ponce y Juan Carrio Calderón fueron condenados por el delito de facilitación de facturas falsas a 540 días y 300 días de presidio respectivamente (ambos beneficiados con pena remitida) y al pago de multas de 10 y 20 UTM, en el marco de una investigación dirigida por el fiscal Mario Carrera Guerrero.

Investigación

De acuerdo a los antecedentes expuestos en el juicio oral, los hechos quedaron al descubierto luego que el Servicio de Impuestos Internos detectara irregularidades en las declaraciones de impuestos a la venta y servicios de la empresa en varios meses del año 2010. Tras ello, la investigación estableció que Jorge Soto en su calidad de representante legal procedió a aumentar ilícitamente su crédito fiscal por impuestos al valor agregado mediante la contabilización y registro de facturas falsas, las que le fueron proporcionadas previo pago de cerca de 11 millones de pesos por Juan Carrio y Eduardo Gallardo.

En este sentido, la indagatoria del fiscal estableció que el empresario presentaba la declaración de impuestos con información falsa, lo que le permitía recibir un mayor monto por concepto de devolución, causando un perjuicio al Fisco de 51 millones. J

Un ladrón hereje no respetó ni la privacidad de un sacerdote; ingresó a su dormitorio, se robó dos notebooks hasta el dinero de la colecta de la semana (diezmo).

La pieza del religioso está al interior de la casa parroquial de la iglesia Sagrado Corazón, ubicada en la avenida 18 de Septiembre.

El padre Hernán Albornoz, contó que el domingo en la tarde salió como todos los días y a eso de las 18 horas volvió a su domicilio; mencionó que no encontró nada extraño, la reja principal estaba cerrada con llaves, pero la puerta de su dormitorio abierta y rota su cerradura.

"Entró a mi habitación; al parecer se subió arriba de la cama porque habían huellas de zapatos, registró todo y se llevó todo lo que podía guardar en una mochila; sacó el dinero de la colecta que se junta en un cajón y dos computadores. Lo triste es que invaden tu privacidad".

Los antisociales se robaron el dinero recaudado durante toda la semana, incluido sábado y domingo, suma que podría ascender a los 250 mil pesos.

"Nosotros tratamos de ayudar a todos los que llegan, nadie se va con las manos vacías; todos los que llegan con problemas le damos una solución. Tenemos una ayuda fraterna para 24 familias, todas las semanas se le entrega su paquete de mercadería, estamos siempre ayudando, y duele que te paguen de esta forma", planteó.

sistema gps

Pero esta historia no termina; afortunadamente, el padre recuperó uno de los notebooks y fue gracias al sistema GPS que tenía instalado. El ladrón nunca se imaginó que al apretar un botón para conectarse se activaría una alarma, lo que ayudó que personal de la SIP de la primera Comisaría de Carabineros diera con la dirección de la vivienda, donde estaba la persona que tenía en su poder el computador.

Pero el sujeto al darse cuenta de la presencia de los policías, no encontró nada mejor que lanzarlo al patio de su casa para que no le encontraran con la especie en su poder, pero carabineros, se dio cuenta de dicha acción. Fue detenido y puesto a disposición del Tribunal de Garantía.

El padre contó que en los computadores tenía información de sus clases y fotografías de un valor sentimental.

formalización

Ayer el sujeto de iniciales P.D.V de 20 años fue formalizado por el fiscal Manuel González por el delito de receptación. Quedó en libertad con firma mensual. J