Las especialidades navideñas que traspasan el tiempo y se niegan a desaparecer
Últimamente, y dentro de la sobremesa familiar, el tema del porqué en general las tradiciones se van perdiendo conforme pasan los años, se transforma en recurrente.
Y es que este tema no es ajeno a lo que ocurre actualmente en los hogares ariqueños, principalmente, en lo que respecta al rincón gourmet que cada cocina posee y donde las recetas que con mucha dedicación padres y abuelos aún preparan en estas fechas, tienden a ser desvalorizadas por las nuevas generaciones, no así como en los "viejos tiempos".
Los jóvenes, en su mayoría, no "pescan" estas emblemáticas preparaciones plagadas de sutiles aromas, ricos sabores e hipnotizantes a la vista; y llevadas a cabo con maestría utilizando el ingrediente primordial que todo chef profesional quisiera dominar: el cariño.
Mas no todo está perdido, "¡aún tenemos Patria, ciudadanos!", como exclamó por allá, por el año 1818 el patriota Manuel Rodríguez ante una nueva ofensiva junto a los "Húsares de la Muerte".
Ya que todavía existen quienes no quieren dejar sucumbir a su compañero gastronómico pascuero que los hizo lucirse en cuanta conversación navideña tuvieron; a la especialidad imponderable de toda Noche Buena que se robó la película… La receta que sólo ellos saben culminar de manera perfecta y ser presentada ante la familia para su respetable veredicto.
"rabo de mico" especial
Uno de estos casos es el de Marcos Troncoso de 47 primaveras; matrón de profesión y visitador médico.
Este amante de los perros tiene dos hijas y está felizmente casado con su "Martita".
Justo cuando terminaba de incluir los últimos ingredientes de su "brebaje mágico" o cola de mono, como la mayoría de los mortales conocemos la bebida favorita del Viejo Pascuero, dio a conocer algunas de las características especiales que lo hacen único.
"Primero que todo, hay que sí o sí agregar diez litros de agua, 100 gramos de azúcar, esencia de vainilla, clavo de olor, canela, cáscara de media naranja y dejar hervir. Luego, cuando ya la mezcla se torna más fría, necesitamos echar 30 gramos de café y a continuación siete tarros de leche condensada, uno de leche evaporada y una crema, para finalizar con 900 ml. de aguardiente de 50 grados. Con esto estamos al otro litro; ¡llegar y disfrutar!", aseguró.
Claramente, tenía razón, y los cincuenta grados del aguardiente junto a los selectos ingredientes se hicieron notar en los primeros sorbos de la "pócima" con 20 navidades de experiencia: muy bueno, como para repetirlo en casa.
kuchen con tradición
La señora Andrea Tapia tiene 53 años de edad, cuatro hijos, un matrimonio sólido y muy unido. Preocupada por cómo iba a quedar su kuchen y un par de minutos antes de sacarlo del horno, nos comentó cuál era la historia de esta receta navideña de migas con mermelada de frutillas casera que ha viajado por casi un siglo.
"La tradición por los postres en Navidad proviene de mi familia hace más de 85 años, gracias a las enseñanzas de nuestra bisabuela Josefina, la que luego traspasó sus conocimientos a mi abuela y posteriormente a mi madre Liliana, quien todos los años, especialmente en estas fechas, se dedicaba a prepararnos cosas ricas para compartir con toda la familia", relató.
Sobre sus inicios dentro de la cocina y lo que la llevó a traspasar por años estas recetas, al punto de anotarlas en un sagrado cuaderno que contiene cada uno de los ensayos que han tomado hasta conseguir el sabor ideal, detalló, que "durante su juventud, una de mis hermanas pasó una década viviendo en Alemania, y fue en ese país donde tuvo la oportunidad de experimentar una gran cantidad de nuevos sabores, incluyendo preparaciones novedosas como este kuchen de migas y mermelada casera con frutillas enteras, a las que le hemos dado nuestro toque personal, incluyendo, además, frutos secos de temporada".
emprendedora audaz
Elizabeth Villagrán es una madre de 53 abriles con tres hijos. Junto a su marido, se alista para una nueva entrega de pedidos de panes de pascua, los que hoy por hoy hacen furor entre los fanáticos ariqueños del queque navideño.
Desde principios de los 90 que se dedica a la repostería de forma profesional, esfuerzos que dieron sus frutos al adjudicarse por primera vez un "Capital Abeja", reconocimiento al emprendimiento local que entrega Sercotec.
"Aprendí el arte de la pastelería sola, leyendo libros y viendo programas especializados de televisión, con el objetivo de elaborar pasteles para mi familia en épocas especiales. Pero después sentí que podía llevar esto más lejos y me propuse la idea de hacer surgir mi pyme y generar recursos a través de esto que tanto me gusta hacer".
Y cómo no, si dentro de algunas delicias que produce la señora Elizabeth se cuenta con panes de pascua con ciruela y nueces; pasas y nueces, y frutos secos de temporada a precios asequibles.
"Por el momento, me encuentro trabajando la página de Facebook junto a mi hijo Rodrigo, la que eventualmente permitirá que más personas en la región conozcan los sabores de mis preparaciones", expresó. J