No todo roce es intento de robo
Con el estrés de fin de año todos andamos saltones. Eso se ve en la calle, con gente pensando que les intentan robar al menor contacto. Está bien cuidarse, pero no por eso hay que agarrarse de las mechas.
Con el estrés de fin de año todos andamos saltones. Eso se ve en la calle, con gente pensando que les intentan robar al menor contacto. Está bien cuidarse, pero no por eso hay que agarrarse de las mechas.
Ha ocurrido al menos en cinco oportunidades en este mes. Y eso que se trata sólo de los casos conocidos, que han sido expuestos públicamente por la prensa, porque hay otros que sencillamente se han convertido en hechos constatados, ejecutados y resueltos por la calle. Son estas circunstancias las que hacen que las llamadas "detenciones ciudadanas" hoy estén entrando en un terreno que llama al análisis, al cuidado y la atención.
Dentro de los casos más conocidos públicamente, que circularon a través de los medios y las redes sociales en los días recientes, está el de un joven en Iquique que fue esperado y posteriormente, "ajusticiado" por vecinos, luego de que según se comentó en el lugar, había robado en playa Huayquique. El castigo fue implacable.
Los hechos muestran que las "detenciones ciudadanas", en rigor, se terminan convirtiendo en "hacer justicia por propia mano". Muchos de los presuntos delincuentes que son contenidos por ciudadanos, son severamente castigados sin juicio alguno, sólo bajo el rigor de la calle.
Lamentablemente, estas conductas se asocian a la percepción de impunidad que reconocen vecinos, debido al actuar de los delincuentes, a lo que se suman conceptos como la "puerta giratoria". Sin embargo, claro está que los ajusticiamientos ciudadanos no se ajustan a los principios que rigen a un Estado de derecho, en donde el respeto y la presunción de inocencia se contemplan.
De esta forma, la "calle" está resolviendo sus problemas de seguridad con violencia, una que puede llegar a tener consecuencias insospechadas. La impotencia y la sensación de desprotección se vuelcan en revanchas rápidas y sin juicios.
Estos casos son un llamado de atención sobre la manera cómo la sociedad está enfrentando, primero, la prevención del delito y luego, su sanción. Se hace cada vez más importante renovar confianzas, promover la denuncia y evitar que sea el ciudadano común quien asuma roles que hoy le corresponden desde las policías, hasta los tribunales.
Estamos cerca de Navidad y los consumidores ya están realizando sus compras.
No obstante, al momento de comprar los regalos es importante tener en cuenta que los consumidores tienen una serie de derechos, los cuales están establecidos en la Ley del Consumidor. Por ejemplo, en el caso de las promociones y ofertas, es importante que los consumidores sepan que tienen derecho a que se cumpla todo lo prometido por las empresas en la publicidad.
Respecto del precio, la Ley es clara: el precio informado se respeta. Y en caso de cometer un error, es deber de las empresas corregir inmediatamente, pero además entregar una propuesta compensatoria adecuada para los consumidores afectados.
En cuanto al crédito, el primer consejo es evitar el sobreendeudamiento. Además, las deudas deben adquirirse considerando la capacidad de pago mensual, pero también eventualidades, como posibles enfermedades, y las estacionalidades, como las vacaciones, el colegio, patentes, entre otros.
Si de todas formas va a pedir un crédito, exija que le informen adecuadamente, de forma veraz y oportuna, las condiciones del crédito. Asimismo, deben respetarle lo informado en las publicidades de crédito.
La empresas financieras debe informar además la Carga Anual Equivalente (CAE) y el Costo Total del Crédito (CTC) en toda publicidad de créditos. Estas herramientas le permitirán cotizar y saber cuánto terminará pagando.
Otra de las preocupaciones permanentes del SERNAC es velar por el derecho a la seguridad que tienen los consumidores. Para evitar problemas de esta índole, la principal recomendación es adquirir los productos sólo en el comercio establecido.
Comprar en el comercio establecido también permite ejercer el derecho a garantía legal en caso que el producto adquirido salga malo. Es decir, el consumidor podría pedir el cambio, su reparación o la devolución del dinero al menos durante los tres primeros meses desde la compra.
Basta darse una vuelta por el centro para ver a algunas madres buscando a sus hijos desesperadas entre la multitud. ¡Joel! gritaba una. Por eso es recomendable no descuidarlos ni un segundo.