Arqueros y sicológos aconsejan a Bravo luego de traumático gol
'Chuuu…la mala cueva. Pobre loco', esta es la reacción de pesar que tuvo el ex arquero Marcos Cornez al constatar el error que cometió, en el traumático minuto 80, Claudio Bravo. Debutó con Barcelona, frente al Napoli, y jugó con prestancia el 90% del partido. Atajó, al inicio, un cabezazo. Luego deslumbró con una salida en velocidad. Pero a diez minutos del final un tiro desde lejos, pateado con carácter por el suizo Dzemaili, produjo el error: la pelota se coló entre las blandas manos del chileno. Gol, derrota, bullying y una titularidad cada vez más difusa frente al alemán Ter Stegan.
Parece que el germano ya intuía la fatalidad. Días antes, con tono maquiavélico, señaló: 'Todo está siendo perfecto'. A su vez, Bravo, anticipando lo inesperado, había dicho: 'Todo es increíble'. A minutos de la equivocación, desde Chile, Marcos Cornez fue más brutal: 'La media cagada, compadre'. Y Cornez sabe de traumas: fue arquero de Antofagasta cuando Católica le convirtió siete goles.
'Sufrí más de alguna vez. Y se le complica a Bravo el panorama', diagnosticó Cornez. Y explotó apesadumbrado: '¡Es que los arqueros no son perfectos! Deben entender eso los hinchas. Somos personas, nos condoreamos. Los arqueros somos máquinas im-per-fectas. Y más encima ese alemán (Ter Stegen, le susurramos), como se llame, el tipo debe ser un huevón súper metódico, por la cresta', se lamentó. ¿Qué le aconseja a Bravo en estos momentos? 'Que se levante y siga tal cual. Que haga chistes en el camarín y tome todo como un partido más', aportó.
Nicolás Peric, el pintoresco arquero, en enfático: 'A Bravo no hay que hablarle'. ¿Castigarlo con el silencio?, consultamos. 'No, no hay que decirle nada. Que todo pase'. Y manda un extraño mensaje al vacío: 'Por favor, que nadie le diga nada a Claudio. Ni le toquen el tema'. ¿La herida curará sola?, preguntamos. 'Pasará. Habrá dolor, pero pasará. Conozco a Claudio, no se va a hundir'.
El reputado sicólogo, Giorgio Agostini, atendía el drama de una ciudadana cuando le pasaron el teléfono: una voz masculina -la nuestra- le relató que Bravo estaba bajoneado por un error. Agostini, en voz baja, pidió detalles. Manos blandas, dijimos. Agostini rápidamente pasó a la acción: 'Hay que ayudarlo. Que su red de apoyo, llámese su entorno familiar, llámese su círculo social, esté siempre ahí'. ¿Qué deben hacer? 'Repetirle que todos nos equivocamos, escucharlo, que se desahogue'. ¿Caerá en una depresión exógena? 'No lo descarto', dijo. ¿Es para tanto? 'Los ídolos están expuestos a fuertes momentos de frustración. Bravo podría tener una reacción depresiva'.
Agostini da consejos para que Bravo supere el trance: 'Es necesario que se ponga a trotar. El trote produce endorfina. Eso es muy beneficioso para estos momentos'. Luego: 'Que coma chocolates'. Y el tercero: 'Me dicen que los futbolistas comen mucha parrillada. Pues, que coma una parrillada'. ¿Y no perderá la figura, doctor? 'Pero será feliz. Y eso necesita para superar un momento duro. Estar feliz y renovar su fortaleza'. Chile sabe que Bravo es un gran arquero y sólo debe apelar a su confianza, lanzó al despedirse. J