Con mariachis abuelita celebró sus diez décadas
Aprimera vista, Catalina Osorio Albornoz, nacida un 13 de junio de 1914 en Tal-Tal, se ve como una abuelita normal; de esas que tejen y leen por las tardes. Sin embargo, ha tenido que dejar de lado esas cosas por su avanzada edad, pero a pesar de eso aún no pierde las ganas de ser independiente. Aún se desplaza por su casa, muy femenina y perfeccionista siempre observando cada rincón de su hogar corrigiendo cualquier cosa que esté fuera de lugar.
Con diez décadas a cuestas y recién cumplidos, la señora Catalina cuenta con algo de dificultad pero con muchas ganas, aquellos momentos inolvidables de su vida. 'Recuerdos lindos fueron aquellos cuando viajaba en barco desde Tal-Tal hasta Valparaíso, o la vez que fui guía de los Boy Scouts cuando tenía 11 años. También fue bonita la época que viví en Chuquicamata trabajando como paramédico en el Hospital Roy H.Glover, donde me jubilé a los 30 años y luego me vine a Arica el año 1970 con mi marido'. contó.
Su esposo, Carlos Trujillo, fue su gran amor y compañero durante muchos años. Pero un ataque al corazón lo llevó a la muerte a los 64 años. La misma edad que tenía Catalina en ese entonces cuando enviudó. Desde aquel triste capítulo, la familia se ha encargado de acompañar y regalonear en todo momento a la que consideran como la gran matriarca de la familia Trujillo. La misma que une a toda la familia cada 13 de junio. Por otro lado su nieta Mara Soto, aseguró que para vivir 100 años el único secreto es tranquilamente sin vicios y con mucha generosidad.
'Mi abuela siempre fue amable con todos, muy generosa con sus vecinos, muy hogareña. Por eso creo que ha vivido tanto, porque ella ha sembrado muchas obras buenas y durante su vida solo le ha tocado cosechar mucho cariño de parte de toda la gente que la conoce', comentó.
Luego con la llegada de los mariachis Monterrey, la fiesta de la cumpleañera comenzó con bombos y platillos. Temas como 'Historia de un amor', 'Allá en el rancho grande', 'Feliz cumpleaños' entre otros alegraron a la señora Catalina. ' Estoy muy contenta, por estos buenos momentos y con esta agradable compañía', dijo.
Y a minutos de soplar las velitas, la matriarca de la familia Trujillo se vio feliz y radiante. Mientras los mariachis le dedicaban una y otra vez todas sus canciones, las cuales se escucharon por todo el pasaje 10.J