Apacheta: la vocación por educar que no decae
Lo escribió hace tiempo Bertold Brecht, el poeta y dramaturgo alemán: 'hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles'.
Y en este caso, lo que vale para un hombre, también corre para instituciones como el Centro de Acción Social Apacheta de Arica.
Llevan 25 años trabajando como una organización no gubernamental, sin fines de lucro, teniendo como objetivo apoyar a las comunidades aymaras de la región de Arica y Parinacota.
Su labor en estos años se ha orientado al desarrollo de proyectos educativos, culturales, sociales, medioambientales, teniendo como destinatarios a ganaderos, campesinos, pobladores, mujeres, y niños.
Pero, sin duda que el programa de Residencia Familiar Estudiantil es uno de los más potentes de los ejecutados por esta ONG.
Miguel Vásquez, director del Centro de Acción Social Apacheta, junto al profesor Eulalio Oyarzo, encargado del programa y varios de los estudiantes beneficiados cuentan en qué ha consistido esto y el impacto que ha tenido.
Miguel Vásquez, cuenta que este programa tiene el apoyo de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb).
En un principio apoyaban sólo a que los niños y jóvenes de las comunas rurales pudieran completar su enseñanza básica y media en la ciudad, acogiéndolos en hogares con una tutora que puede ser un familiar residente en Arica.
Pero ahora, también se amplió esta beca para que los estudiantes puedan seguir estudios superiores en universidades y centros de formación técnica.
En la actualidad han salido unos 80 profesionales apoyados por este programa ejecutado por Apacheta y cerca de 1.000 estudiantes en general han pasado por el sistema de residencia familiar.
'Hace como 20 años la Junaeb ofreció este programa y la verdad es que hubo pocas instituciones que lo quisieron tomar porque no es un programa con muchos recursos', manifiesta el director del Centro de Acción Social.
El sistema es que se entrega una beca a una tutora a cargo de los jóvenes, pero es limitado el recurso.
En este sentido, la entrega y cariño que ponen tanto los docentes a cargo como la familia que acoge a los estudiantes, resulta fundamental.
Además, esto se ha complementado con un espacio en la sede de avenida Gonzalo Cerda, donde los jóvenes disponen de una biblioteca, algunos modestos computadores y actividades recreativas.
Muy importante para Apacheta es mantener las tradiciones y cultura de estos muchachos, la mayoría de ascendencia aymara.
Por ello, en el año realizan y festejan fechas como el Machaq Mara (Año Nuevo Aymara) y otras relevantes a su cosmovisión.
Felipe Bustos Soto (17) estudia Cuarto Año Medio en el Liceo 'Octavio Palma Pérez' y llegó desde el pueblo de Taltape, comuna de Camarones.
Felipe recuerda que 'yo llegué desde la comuna de Taltape de la comuna de Camarones y fue mi tía la que me recomendó esta institución, llegando a séptimo año y ahora voy en cuarto medio'.
En la actualidad, Felipe vive con su abuela como tutora y su gran sueño, una vez que egrese este año, es seguir la carrera de Tecnología Médica u Oftalmología.
Sobre el apoyo de la ONG Apacheta, declara que 'muestran mucho interés en los alumnos y son bien activos, siempre nos entregan informaciones que nos sirven y nos apoyan, además de dar un espacio donde nosotros nos podamos conocer'.
Sergio Flores Alberto (19) es de Visviri, comuna de General Lagos, la más aislada y lejana de Chile, y en la actualidad estudia la carrera de Explotación Minera en el Centro de Formación Técnica (CFT) Tarapacá.
Flores cuenta que llegó a Arica a los 14 años, ya que estudió toda su enseñanza básica en su pueblo.
'Acá estudié toda la enseñanza media, y como mi hermano estaba en Arica, cumplí los requisitos y decidí entrar a este programa', acota.
Sergio destaca que este programa de residencia familiar es una gran oportunidad para los niños y jóvenes de las comunas rurales para poder completar sus estudios.
'Ahora, ya estoy en segundo año de mi carrera y aunque al principio me costó un poco, este programa me sirve mucho porque me apoyan hasta terminar la universidad', resalta.
Por su lado, Angélica Flores Mamani (19) estudia la carrera de Agronomía en la Universidad de Tarapacá y llegó al programa procedente de la comuna de Camiña (Primera Región).
'Anteriormente, yo estudiaba en Alto Hospicio, porque en Camiña sólo hay hasta sexto año básico, y las carreras que habían (en Alto Hospicio) no me atraían por lo que llegué a este programa el 2011 cuando pasé a Tercero Medio', recuerda Angélica.
Fue a través de su hermana que se enteró que en el valle de Lluta había un liceo agrícola por lo que tomó la decisión de venirse a estudiar a Arica.
Acerca del programa que lleva adelante desde hace 20 años Apacheta, Angélica responde que ''es muy provechoso, porque de no existir esto, sólo llegaríamos hasta cuarto año medio, porque entrar a la universidad significa mayores gastos, tanto en movilización como alimentación'.
En su caso, su hermana es la tutora y ella recibe los recursos.
Para Maritza Inquiltupa Avendaño (15) el programa ha significado mucho para su crecimiento.
Ella nació en Caquena, comuna de Putre, donde pudo estudiar sólo hasta sexto básico.
De allí se vino a Arica donde cursó séptimo año básico en la Escuela América y en la actualidad cursa segundo año medio en el Liceo Comercial.
Su aspiración es graduarse en la carrera de administración de empresas.
Cuenta que 'el programa de Apacheta me ha ayudado mucho y quiero estudiar administración de empresas y luego seguir administración pública en la universidad'.
El profesor Eulalio Oyarzo Sánchez, encargado del programa de Residencia Familiar Estudiantil afirma que 'el programa comenzó en 1994 y tuve la suerte de estar en el equipo que lo inició donde partimos con 30 alumnos'.
El docente expresa que la mayoría de los alumnos son de la etnia aymara y 'participamos de todas las actividades de nuestro pueblo'.
El objetivo es trabajar con las comunidades rurales más vulnerables. J