Debiera cundir cierto nerviosismo en el tenis chileno: los dos gloriosos capitanes de Chile, Marcelo Ríos y Nicolás Massú, están con la cabeza lejos de la Copa Davis. Ríos, en efecto, tiene la cabeza puesta en su cabeza; Y Massú, por su parte, tiene la cabeza puesta en una mujer que residiría en Miami. Chile enfrenta a Paraguay el 4, 5 y 6 de abril en el Estadio Palestino y los capitanes están obligadamente pensando en sí mismos. Ríos en sanarse y Massú en estar feliz.

Pero, aún así, el presidente de la Federación de Tenis, José Hinzpeter, no refleja tensión. Está coordinando con Massú, a través de comunicados de chat, la conformación del equipo. Avisa, con un suspiro de resignación sutil, que Chile jugará con lo mejor que tiene. Menciona, teatralmente entusiasmado, el regreso de Paul "Pulpo" Capdeville. Lo califica como un "jugador importante". Menciona a los otros, a los jóvenes, a las promesas. Y pone un énfasis notorio para celebrar el pronto regreso de Nicolás Massú desde las playas de Norteamérica: "Llega por estos días y ahí empiezan los entrenamientos".

La duda, por supuesto, es el Chino. Si bien su equipo médico ha deslizado que no debiera tener problemas para participar en los entrenamientos de la Copa Davis, e incluso en la competencia misma, Hinzpeter es cauto. Lo quiere en el equipo y, a la vez, lo quiere feliz. Su aviso, entonces, es pertinente: "Estaremos para lo que él quiera".

-Todos sabemos lo que es el Chino. Sabemos lo que genera en los muchachos más jóvenes. Por supuesto que es un aporte fundamental. Pero lo primero es ver qué quiere él. Y cómo está.

-Felices de que esté en el equipo. Esperemos que esté en condiciones.

-¿Quién dice eso?

-No creo. Marcelo disfruta mucho este tipo de eventos. Le gusta mucho ayudar. Y desde que está en la Copa Davis lo he visto muy contento.

Esta semana, informa, los jugadores están en competencia y el Chino Ríos figura en reposo. Massú llega el viernes, con ideas en la cabeza y, tal vez, con alguna novedad sentimental. Los entrenamientos oficiales se inician el domingo. El presidente sólo tiene una certeza: "Perder con Paraguay sería realmente lamentable". Y ahora cruza los dedos y sólo aspira a que, aún fuera de la cancha, la legendaria dupla vuelva a brillar. J