Gamers en pugna por la nueva ley de videojuegos
Los fanáticos de las consolas tienen opiniones divididas sobre la regulación que restringe la venta de títulos que contienen violencia, luego de que fuera aprobada la semana pasada por la Cámara Baja.
Un nuevo proyecto de ley, impulsado por parlamentarios de la UDI, y que busca restringir la venta de videojuegos que tengan contenido sexual o violento, fue aprobado en la Cámara de Diputados. La propuesta debe ser aprobada ahora por el Senado, para su despacho del Congreso.
La iniciativa busca que los videojuegos con contenidos violentos y sexuales pasen por el Consejo de Calificación Cinematográfica, que los clasificará según cinco tipo de criterios en relación a su contenido.
Asimismo, el texto integra la idea de que las empresas desarrolladoras de videojuegos, agreguen una rotulación que deberá cubrir el 25% de ambos lados de las carátulas del producto, indicando su nivel de violencia.
A un grupo importante de amantes de los videojuegos, los reconocidos "gamers", no les gustó mucho esta nueva propuesta. Sin embargo, hay quienes la respaldan.
Simón Soto es médico veterinario. Después de un arduo día de trabajo, se hace un tiempo para dedicarse a su pasión por las consolas. Según él, desde que tiene memoria que es fanático de los videojuegos y actualmente disfruta de este pasatiempo con su novia. Sus juegos favoritos, con contenido considerado violento, son Gears of War, GTA y Street Fighter.
En su visión, la industria internacional ya se ha hecho cargo de informar sobre el contenido de estos productos, ya que existen diversos estándares como el ESRB (en castellano, Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento) y PEGI (Pan European Game Information), que se utilizan en todo el mundo y que están presentes en las carátulas.
"Con esta ley vamos a dejar a gente que no sabe del tema la clasificación de los videojuegos. Además, que pase por este ente conllevará gastos innecesarios en recursos y -probablemente-, signifique gastos extras para el consumidor", señaló Soto.
No obstante, la dueña de casa, madre del pequeño Gaspar de cinco años y orgullosa gamer, Etna Hormachea (24), considera prudente este nuevo etiquetado porque los padres suelen no entender lo que le están comprando a sus hijos. "Los que no saben de videojuegos no entienden la clasificación internacional, la cual es no muy comprensible porque está en inglés y no es muy visible".
Este proyecto contempla que las tiendas que vendan videojuegos con contenidos violentos deberán exigir carnet de identidad, en caso de que no sean recomendados para menores.
Hornachea, la cual también comparte esta pasión con su pareja, considera que esta medida es responsable porque "no faltan los que, por vender más, ofrecen estos productos a niños".
Sin embargo, según Soto, un niño difícilmente podrá tener el dinero suficiente para adquirir uno de estos productos. "Un juego de PC puede fácilmente alcanzar los $30.000 o $40.000, por lo que es un poco ilusorio creer que un niño pueda comprarlo solo", afirmó el veterinario.
Por otro lado, se señaló como problemático el hecho de que esta ley sólo apunta al formato físico de los videojuegos, cuando lo que se ve hoy es que la mayoría de éstos son descargados directamente desde Internet.
"La misma ley quedará obsoleta con todo el gasto de recursos que implica. Se dice, incluso, que de aquí a cinco años más, el formato físico prácticamente va a estar extinto", afirmó Soto, quien apuesta al sistema de descarga.
El desarrollador de aplicaciones web, Jorge Acosta (29), también es un fanático de los videojuegos y, si bien juega de repente algunos con contenidos violentos como Batman Arkham Asylum y Left 4 Dead, asegura que los de este tipo no son sus favoritos. Él es también padre de Luciano, un niño de cinco años, con el cual incluso ha jugado este tipo de juegos. Según Acosta, el foco debería apuntar a mejorar la educación de los padres en torno al tema de los videojuegos. "Esta ley no ataca el fondo del problema. Estos videojuegos fueron comprados por los padres de esos niños y somos nosotros los que tenemos la responsabilidad de revisar qué contenidos les entregamos a nuestros hijos", dijo Acosta.
Hormachea está de acuerdo con la responsabilidad de los padres, aunque aseguró que cuando ella y su pareja -que comparte también su afición- juegan videojuegos violentos, como Bayonetta, Mortal Kombat o Spatterhouse, se encargan de que su hijo no pueda verlos. "Esperamos que esté durmiendo o en el jardín", explicó Hormachea.
En palabras de Acosta, este proyecto de ley "sataniza a los videojuegos de forma gratuita, tal como lo han hecho los políticos conservadores con las películas y libros anteriormente". Para el desarrollador de aplicaciones web es más importante la educación que se les inculca a los más pequeños de la no violencia y explicarles que todo lo que se ve en los videojuegos sólo es virtual. J