Educación e inclusión
Un estudio encargado por el Ministerio de Educación y desarrollado por la Fundación Chile evaluó la aplicación de los programas de integración que se ejecutan en distintos establecimientos del país.
Dichos programas buscan incorporar a los alumnos con necesidades educativas especiales a las actividades que se realizan de forma regular en el aula escolar, esto con el objetivo de fomentar una educación sin exclusiones y que considere como parte del todo a aquellas niños y jóvenes que presentan características relacionadas con el trastorno del lenguaje, déficit atencional o necesidades educativas especiales permanentes, como problemas visuales, auditivos, autismo, entre otros.
El trabajo determinó, entre otros resultados más específicos, que el año 2013 se integraron a los Programas de Integración Escolar (PIE) 4.626 escuelas a nivel nacional, alcanzando a cubrir la demanda de 210.332 estudiantes. En el caso de la Región de Arica y Parinacota, se estableció que el 81,3% de los colegios particulares subvencionados está incorporado al PIE, mientras que en el caso de los municipales sólo ha ingresado el 62,3%.
Si bien los números indican que se está avanzando en esta materia, la investigación determinó que existen muchos aspectos a mejorar, sobre todo en aquellos que apuntan a que los Programas de Integración Educativa sean parte de un proceso de mejoramiento que involucre a los establecimientos de manera integral, es decir, fomentar no sólo la adecuación de los alumnos a la escuela, sino que también de la escuela hacia los estudiantes, toda vez que la esencia de esta política es avanzar desde la integración a la inclusión.
En ese sentido, es posible inferir que junto a la incorporación de profesionales que puedan liderar estos procesos, es indispensable comprometer el esfuerzo de todos quienes conforman la comunidad educativa, especialmente a los padres y apoderados, quienes deben potenciar al interior de la familia el respeto por el otro y el valor de la diversidad.