Ahora es el fitness el de moda
Primero fue el baile entretenido, luego la zumba y ahora la lleva el fitness. Los gimnasios se llenan de cultoras de los músculos bien desarrollados sin perder su parte femenina. Bien por el deporte.
Primero fue el baile entretenido, luego la zumba y ahora la lleva el fitness. Los gimnasios se llenan de cultoras de los músculos bien desarrollados sin perder su parte femenina. Bien por el deporte.
Los jugadores de San Marcos están con fe en revertir la mala campaña a pesar de los duros comentarios que en los últimos días han emitido algunos hinchas cansados del club.
Los partidos políticos de la región de la Nueva Mayoría están inquietos porque todavía no saben el rol que jugarán en la definición de las nuevas autoridades y cargos de confianza. Esperan una reunión con el nuevo intendente cuando llegue.
Nadie podría desconocer la importante labor que desarrollan los organismos de emergencia y la necesidad de proveerlos de todos los recursos legales y técnicos que faciliten su trabajo.
Instituciones como el Cuerpo de Bomberos, Carabineros, la Policía de Investigaciones y los servicios de salud, sólo por nombrar algunas, se transforman en vitales herramientas para asistir a quienes se ven expuestos a situaciones extremas y que ponen en riesgo sus bienes o incluso su integridad física.
En ese sentido, parece ilógico pensar que organismos dedicados al servicio público deban enfrentar hechos que distraen su atención y que, en definitiva, los aparta de sus reales objetivos.
Desafortunadamente y pese a los continuos llamadas de atención, existen individuos que -ajenos a todo criterio- se dedican a hostigar y a colapsar las líneas telefónicas destinadas a denunciar situaciones de límite, lo que sólo contribuye a entorpecer la abnegada labor de las instituciones.
El Código Penal, en su artículo 268 bis, establece que "el que diere falsa alarma de incendio, emergencia o calamidad pública a los Cuerpos de Bomberos u otros servicios de utilidad pública, incurrirá en la pena de reclusión menor en su grado mínimo", eso es una pena que va de 61 a 540 días de prisión. Sin embargo, dicha ley no sanciona a quienes sin dar una falsa alarma, utilizan las líneas telefónicas para realizar hostigamiento.
Actualmente, en el Congreso se estudian modificaciones destinadas a elevar las penas y a sancionar a quienes formulen llamados que perturben o distraigan la función de los servicios de emergencia.
De concretarse estas modificaciones, se dará un importante paso en dicha materia, lo que podría derivar en respuestas más oportunas ante eventualidades donde el tiempo termina transformándose en un factor clave y muchas veces vital.
Es relevante, entonces, que las autoridades agilicen los cambios propuestos y que la comunidad se comprometa a promover el buen uso de todos los números de emergencia.