Entrega del Estadio Carlos Dittborn
Luego de una larga espera que se extendió por casi cinco años, este sábado la Municipalidad de Arica le entregará a la comunidad ariqueña el remodelado Estadio Carlos Dittborn.
El coloso de Avenida 18 de Septiembre se transformó durante todo ese tiempo en un verdadero ícono de los proyectos a medias, de la burocracia y de los conflictos políticos que se han registrado durante los últimos años en la ciudad.
Sin duda fue un proceso complejo, tedioso, donde los platos rotos terminaron pagándolos los deportistas.
Luego de los últimos retrasos y trámites relacionados con la entrega de la obra, el municipio local acordó abrir las puertas de regional. Para la reinauguración está programado un espectáculo artístico; posterior a ello, San Marcos de Arica regresará a los pastos del Dittborn para enfrentar a San Luis de Quillota, cumpliendo así un anhelo del cuadro ariqueño y especialmente de su cuerpo técnico, que durante largo tiempo se quejó de las precarias condiciones de la cancha tres y de la indolencia de las autoridades locales respecto a las postergaciones en la entrega del recinto.
Pese a los reclamos manifestados durante los últimos meses, la dirigencia de San Marcos ha expresado su preocupación ante un eventual cobro que realizaría el municipio por el uso del estadio, argumentando que la recaudación que se registra en los partidos de local impide cancelar los gastos asociados al espectáculo deportivo.
Sin duda un nuevo problema que debe ser resuelto, pero del que el Municipio no puede hacerse cargo, toda vez que la función del organismo edilicio se basa en resguardar los intereses de toda la comunidad y no de una institución en particular.
Actualmente, la Municipalidad de Arica está enfrentando una serie de cuestionamientos producto de una lenta ejecución de sus proyectos y, en ese contexto, es indispensable que se privilegie el bien común por sobre intereses particulares o populismos.
Como entidad pública, el municipio debe apoyar la práctica del deporte y generar las herramientas para que eso sea posible, pero un equipo profesional no puede culpar de su situación al empedrado.